Para finalizar el ciclo el coro de la Radio de Letonia cedió el protagonismo a distintas formaciones corales del Palau de la Música, que brindaban así su propio homenaje a Arvo Pärt. Después de dos conciertos seguidos con uno de los mejores coros del mundo, programar un concierto con las fuerzas del Palau podría parecer cruel, puesto que el listón resulta simplemente inalcanzable. A pesar de eso, las formaciones dirigidas por Josep Vila, Pere Lluís Biosca y Glòria Coma no se amedrentaron y ofrecieron un concierto de gran nivel.El programa proponía un amplio repaso a la trayectoria de Pärt, desde los inicios de su etapa tintinnabular hasta composiciones relativamente recientes. A diferencia de los otros dos conciertos, en este los coros compartieron protagonismo con el órgano, que con sus dos intervenciones en solitario ofreció una pequeña muestra de la obra instrumental de Pärt, concretamente Pari Intervallo y Trivium. Escritas ambas en 1976 y por lo tanto inmediatamente posteriores a su conversión estética, representan la técnica tintinnabular en su esencia. Mercè Sanchis interpretó estás dos obras con la misma elegancia y precisión con las que acompañó a las formaciones corales en el resto de piezas con órgano.

El Cor de Cambra del Palau de la Música, la formación profesional creada por el Orfeó en 1990 y dirigida por Josep Vila, interpretó de nuevo Nunc dimittis en una versión a cappella, de gran calidad pero inferior a la escuchada justo dos días antes. A pesar de la precisa afinación y la cohesión que mostraron las voces, su control dinámico queda lejos del de los prodigiosos letones. Mejor resultó la siguiente pieza, Littlemore Tractus, sin posibilidad de comparaciones directas con los anteriores conciertos. El Cor de Noies de l’Orfeó Català, dirigido por Pere Lluís Biosca mostró también un gran nivel, con un timbre muy homogéneo y un buen control de las voces, salvo en el registro más agudo de las sopranos, donde se apreciaba una mayor tensión. Suyas fueron las intervenciones en Zwei Beter y Peace upon you. El Cor Infantil de l’Orfeó Català, dirigido por Glòria Coma, se sumó al homenaje con dos cortas y simpáticas piezas de juventud compuestas a finales de los años cincuenta: Mina olen juba suur (Ya soy mayor) y Nukul pole nime (la muñeca no tiene nombre). A pesar de su sencillez, estas dos piezas tenían el interés añadido de ser la única incursión pre-tintinnabular al catálogo de Pärt. El coro infantil cumplió muy bien su breve cometido mostrando además una buena dicción del estonio. El icónico Orfeó Català, dirigido también por Josep Vila, se reservó para el final del programa con un emotivo Salve Regina acompañado por el órgano. De nuevo la calidad del conjunto y la buena preparación de la obra se hizo patente.

Como colofón del concierto y del ciclo, las tres formaciones – Orfeó, Cor de Noies y Cor de Cambra- interpretaron Da pacem Domine. Josep Vila dirigió al numeroso conjunto que se distribuyó en fila por toda la nave de la basílica envolviendo al público dentro de un enorme rectángulo. Las distintas voces estaban repartidas uniformemente, de modo que cada espectador recibiera el sonido de forma equilibrada. El efecto de tal distribución fue esplendido y, unido a la delicada interpretación de la emotiva obra, arrancó fuertes aplausos del público, lo que motivo la repetición de la pieza entera. Un perfecto final para un ciclo muy especial que ha sido todo un éxito. Hay que felicitar al Palau por la gran calidad musical lograda, y también al público por su excelente respuesta, llenando los tres conciertos en un fin de semana con abundantes e interesantísimas ofertas musicales en la ciudad.

por Elio Ronco