No quisiera insistir demasiado en el tópico de que este año 2020 que acabamos de dejar atrás ha sido un año diferente, pero lo cierto es que lo ha sido también en el terreno literario. Algunas editoriales han tenido algunas reservas en publicar ciertos títulos en días de pandemia ya que las dificultades han sido evidentes; ha sido difícil realizar presentaciones, las librerías no siempre han sido accesibles y mucha gente ya tenía suficientes problemas laborales como para encontrar tiempo y ganas para gastar. Así pues, algunos lanzamientos se han pospuesto varios meses, incluso hasta 2021. Este año que empieza parece prometer muchas novedades esperadas, algunas de las cuales avanzaré más adelante, pero sobre todo lo que me apetecía hacer en estas líneas era un repaso de algunas de las lecturas que más me han gustado de este año que se ha terminado. Como siempre, aviso para navegantes, hay muchas novedades que no he leído así que mí lista es limitada. No busco hacer un ranking de mejores lecturas del año, ya que eso supondría haber leído una lista mucho más extensa de la que realmente he leído. El año también ha sido complicado para los lectores, incertidumbres laborales, distancia social y confinamientos han dificultado también la concentración de muchos.
La verdad es que no recuerdo mucho del 2020 anterior a la pandemia, es un recuerdo difuso que pareció ocurrir hace años La primera lectura que considero que vale la pena comentar es posiblemente una de las novedades del año de la editorial Gatopardo. La primera novela de Alexandra Kleeman, con extenso y confuso título Tu también puedes tener un cuerpo como el mío, en realidad se publicó en Estados Unidos en 2015, pero nunca había sido traducida hasta ahora. Me sorprendió que Gatopardo nos trajese una novela de una autora millenial, nacida en el 86, pero fue para mí una grata sorpresa. Otra sorpresa fue descubrir que la novela encajaba tan bien con el marzo de 2020, ya que nos hablaba de aislamiento, histeria colectiva y distopía pseudosectaria, no sabías si te estaba hablando de ficción o se trataba de una visión premonitoria. Escribí sobre él en Resuena así que no diré mucho más, podéis consultar el artículo aquí.
Gatopardo parece seguir queriendo apostar por ficción millenial y nos traerá en febrero la novela, Temas de conversación de Miranda Popkey, que probablemente también reseñaré. Autora del 87, ha sido un éxito reciente en Estados Unidos este 2020 y parece que nos transportará aún más que Kleeman, si cabe, al universo literario millenial habitualmente comparado con otro de los éxitos del 2020, en su caso por la serie de su novela de 2018, Sally Rooney. Otra de las novelas millenials que tendremos este 2021 de la mano de la editorial Temas de Hoy es Días apasionantes de Naoise Dolan, autora de 28 años también irlandesa y también estudiante del Trinity College, las comparaciones con Rooney no faltan en ninguno de los numerosos artículos dedicados a su novela debut. La novela de Dolan habla de una joven bisexual irlandesa en Hong Kong en la que conocerá a un joven rico y a una atractiva mujer. Diferencias sociales, intimidad e ingeniosa comicidad marxista, las comparaciones con Rooney son imposibles de evitar pero no por eso deja de ser prometedora. La respetada escritora británica Zadie Smith ya le ha dado su sello de aprobación y ha sido una de las novelas del año en Estados Unidos, junto a Luster de la escritora afroamericana del año 90 Raven Leilani, que este enero llegará al Reino Unido y que esperemos que pronto llegue a España.
Sería imposible hablar de novela millenial sin hablar de Panza de Burro de Andrea Abreu, que podemos considerarla casi nuestra Rooney canaria, con ya un montón de ediciones, traducciones y los derechos de una futura película concedidos. Abreu publicaba su primera novela con solo 25 años en julio en una edición modesta de la editorial Barret y Sabina Urraca, que hacía de editora por un libro, y lleva ya más de 15.000 ejemplares vendidos. Una novela sobre dos amigas íntimas de poco mas de diez años que viven en un pequeño pueblo del interior de la isla de Tenerife, justo en ese periodo entre la infancia y la adolescencia. Una amistad de amor odio y de descubrimiento narrada con un lenguaje poético y un uso del lenguaje canario único y muy especial. Esta es una de esas novelas que te guste más o menos la sinopsis tienes que leer porque desde luego será recordado como un hito en la literatura española y ojalá que Abreu no sea escritora de un solo libro.
En el terreno de la no ficción, o de ese punto intermedio difícil de catalogar entre la autobiografía y la autoficción, ha sido un año bastante prolífico como va siendo habitual los últimos años. Jia Tolentino, redactora de 32 años del New Yorker, publicó a principios de año Falso Espejo (Temas de Hoy), un compendio de textos sobre la generación que creció con internet. En ellos aborda temas muy variados como política, televisión, precariedad laboral y feminismo entre otros, y su lucidez y amplia documentación hace que sea una lectura muy agradable y gratificante para entender el mundo actual y entendernos a nosotros mismos.
Otro de los fenómenos del año, que también reseñé aquí, es la novela autobiográfica de Vanessa Springora, editora francesa que relata la relación con tuvo con el conocido escritor francés Gabriel Matzneff cuando ella tenia 13 años y él 48. Ha sido un fenómeno mediático en Francia que ha abierto incluso causas judiciales contra Matzneff y que abre el debate sobre el poder y el abuso en las relaciones sentimentales aparentemente consentidas entre hombres adultos y mujeres menores.
También ha sido un año en el que han aparecido muchos libros donde la migración tiene un peso importante, alimentados en parte por el movimiento Black Lives Matter y coincidiendo con el auge de la literatura africana y latinoamericana del que también se podría escribir mucho este año.
Dos obras me han impactado especialmente. Por un lado En la tierra somos fugazmente grandiosos, Anagrama, escrita por Ocean Vuong, estadounidense de ascendencia vietnamita, que es esencialmente una extensa carta a su madre en la que con lenguaje muy expresivo habla de sus orígenes, su infancia, su familia y su precariedad. Una familia marcada por la guerra de Vietnam, con una abuela que aún tiene visiones de las explosiones y limitada por la diferencia de idioma. Vuong, cansado de no ser capaz de comunicarse en inglés fluidamente, estudió lengua y literatura inglesa, se convirtió en profesor y en el intérprete de su familia. Durante su obra, aparecen algunas referencias a sus inicios en la escritura y el descubrimiento de su homosexualidad y la poderosa influencia de su familia por la que destila mucha simpatía.
La otra novela que personalmente me ha impresionado es Desencajada de Margaryta Yakovenko, editada por Caballo de Troya en uno de los últimos títulos editados por Luna Miguel y Antonio J. Rodriguez antes de que el sello joven de Penguin Random House pase a manos de Jonás Trueba. En ella, a través del personaje de Daria, vemos el proceso de emigración de la Ucrania postsoviética de los noventa de una niña de 7 años. A través de un juego de saltos en el tiempo, vemos cómo la joven Daria y sus padres tienen problemas para ser aceptados y sentirse parte de la España del boom inmobiliario y de cómo esta consciencia de emigrada perdura a lo largo de los años. Yakovenko habla de emigración forzosa y todo lo que comporta, y de ese angustioso sentimiento de no sentirse parte de ningún lugar y de no obtener pleno reconocimiento ni como miembro de el país de acogida ni del país de origen.
Por último quería nombrar un par de novelas de autoras muy notables que nos han sido traducidas por primera vez al español, algo que es muy buena noticia por la dificultad que arrastramos aún en España con las lecturas en inglés hacen que nos perdamos muchos autores destacables. Por un lado, la Japonesa Yuko Tsushima, editada por Impedimenta, con la obra Territorio de luz, una novela íntima y esperanzadora sobre la maternidad en soledad y la dificultad de tirar adelante de las mujeres solteras japonesas sin ser juzgadas, en una sociedad conservadora y rígida como la japonesa, donde la apariencia es tan importante. Sigue la estela feminista de la también japonesa Sayaka Murata y su novela La dependienta que publicó Duomo en 2018 y que recientemente ha vuelto a ser publicada en inglés con éxito con una nueva novela, probablemente la tendremos pronto en castellano.
La otra escritora es la británica Tessa Hadley que en su novela Lo que queda de luz habla de dependencia emocional, amor y el peso de los secretos a través de la historia común de cuatro artistas burgueses de mediana edad. Una novela muy completa que recuerda a la tradición americana de retratar la intimidad de las clases altas en la ficción y que personalmente me ha sorprendido por su capacidad de hablar sin tapujos del redescubrimiento del amor y la sexualidad en edades próximas a los cincuenta, algo que no acostumbro a ver en la ficción literaria.
2021 nos reserva algunas novedades esperadas como la nueva novela de la exitosa Maggie O’Farrel títulada Hamnet (Libros del asteroide) que verá la luz en España en febrero, que ha recibido muy buenas críticas y que en esta ocasión tendrá un trasfondo histórico alrededor de la figura de Shakespeare. Ya más cerca del verano, en mayo, se publicarán en inglés las nuevas novelas de Kazuo Ishiguro y Rachel Cusk, y es de esperar que no tarden mucho en ser traducidas (si sigue como hasta ahora, por Anagrama y Libros del Asteroide respectivamente) y seguro que muchas novedades estimulantes e inesperadas más. Buena entrada de año a todos.