No soy un apasionado del jazz. Aunque en concierto lo disfruto mucho, no es uno de los estilos que suelen poblar mi mp3. Sin embargo, existen casos curiosos como el que nos ocupa, el de Karen Souza. Es una cantante que descubrí al reproducir los discos “Jazz & 60, 70, 80…” en uno de mis paseos despreocupados por Spotify. Entre todos los artista que desfilan en estos LP, la voz de Karen destaca sobremanera. Y es que la cantante argentina suena como un susurro confidente que enamora al instante por su serenidad y sensualidad.
Su música mezcla de jazz y bossa nova recuerda a los inicios del siglo XX. Escuchar su música es imaginar cómo debería sonar un bar en Nueva Orleans por aquellos años. Tanto es así que el ruido de vasos y platos, lejos de molestar, eran envueltos por la música aportando su granito de arena a la ambientación. Otros de sus temas caminan por derroteros menos ortodoxos, y tienden a la fusión del jazz con estilos como el swing, la bossa nova y el chill out.
La mítica sala Galileo Galilei de Madrid vibró con cada canción. Hubo incluso peticiones de casamiento y de más de media docena de retoños entre canción y canción. Tampoco hay que desmerecer a la banda que con limpios y poderosos solos arrancaron sonoros aplausos. Aunque lo que hace lo hace muy bien, vimos a una cantante un tanto comedida: no arriesgó en ningún momento, provocando un sentimiento de monotonía a lo largo de sus canciones que puede llegar a cansar. Su estilo cercano al “Easy Listening” puede ser bueno para iniciarse en el jazz pero posiblemente decepcione a los amantes del género. Creo que Karen Souza tiene una voz lo suficientemente personal e interesante como para dar un poco más. No obstante, sus más que notables covers son de obligatoria escucha para los amantes de las versiones originales: son una delicia.
Por desgracia la gira española acababa aquí en Madrid después de pasar por Barcelona por lo que os dejó con un par de vídeos.