Gracias al crowdfunding (en este caso concreto Kickstarter) los desarrolladores pueden experimentar y crear proyectos que van mucho más allá del mero entretenimiento. That Dragon, Cancer no es un juego al uso, se trata de un walking simulators, es decir, una experiencia interactiva que contiene algunos elementos de juego clásico. Es complicado de jugar aunque no precisamente por sus mecánicas ni su dificultad.
La historia empieza en un bosque donde Joel (el protagonista de la historia) da de comer a un pato en un estanque. Iremos asumiendo el rol de distintos personajes y voces en off para descubrir qué está pasando. El entorno es un claro reflejo de la delicada situación en la que nos encontramos donde van apareciendo árboles negros que según avanzamos en la historia serán más y más frecuentes, el cáncer. Joel sufre de cáncer y nosotros iremos viviendo los recuerdos de sus padres, lo que van sintiendo en cada etapa hasta el desenlace final.
Por lo general viviremos la experiencia en primera persona con cierta interacción aunque finalmente siempre tengamos una única salida posible. Genialmente ejecutado pues se nos guía de una manera magnífica, a veces sin que nos demos ni cuenta. Después tendremos varios «injertos» de videojuego como una carrera de coches por el hospital recogiendo objetos que finalmente se nos explicaran como las medicinas que Joel debe tomar. Un viaje colgado de unos globos mientras esquivamos espinas negras que cada vez serán más y más abundantes hasta pincharnos todos los globos y hacernos caer. También jugaremos a una máquina recreativa que simula un cuento contado por los padres a Joel donde este se convierte en un caballero que debe luchar contra el gran dragón llamado «cáncer». Resulta genial esta forma de contar algo tan duro transformándolo en una experiencia más edulcorada y digerible. Todo el juego encierra infinitas metáforas que irán formando un nudo en la garganta durante las aproximadamente 2 horas de duración del título (y bastante más tiempo despues de acabarlo).
Digamos que este juego no pasaría de anecdótico si no fuera por un apartado artístico y sonoro magistral que nos sumergen de lleno en la historia y emociones de todos los personas. Empezando por el sonido, aparte de los efectos y música que rozan un alto nivel, el juego posee un lenguaje magistral que nos hace sentir a cada personaje a pesar de la ausencia de emociones en sus rostros (y de estos mismos).
En el apartado artístico destacan las formas abstractas y sencillas acompañadas por los colores, por lo general apagados, que van cambiando según el momento de la historia y transformándose en uno más de los personajes que nos guía y nos sumerge en la historia. En contraposición el cáncer, negro. Los medicamentos de Joel de color fosforito y luminoso como un pegote, como algo que no deberían existir. Los personajes no tienen caras ni prácticamente rasgos. Esto, pese a parecer chocante en un principio hace ver que esta es la historia de todos, que hay muchos «Joel» y hay muchos familiares que los rodean, y que cualquiera puede sentirse identificado de una manera o de otra. Es más, en el mismo juego aparecen muchísimas personas ya sea a través de escritos, dibujos o nombrados.
Pese a sus fallos y tratar una historia dura, recomiendo este juego a todo el mundo. A los que hayan sufrido este «dragón» por ellos mismos o algún familiar como a los que no, pues el que empieza este juego no es el mismo una vez lo acaba. That Dragon, Cancer consigue que algo haga crack en nuestro interior y por ello deberían experimentarlo todos aquellos que piensen que los videojuegos son para niños, no son arte o que son mero entretenimiento.
Inauguramos nueva sección en la que cada uno de los redactores asiduos de la revista pondremos aquello que más nos ha gustado, obsesionado, alegrado, divertido o llamado la atención a lo largo del mes. De esta manera pretendemos dar un toque más personal y que podais conocernos algo más a cada uno. Todo estará enmarcado siempre dentro de la tematica de la revista aunque nadie sabe por donde podemos salir. De momento, esta es la primera pildora que servirá de toma de contacto y os dará una idea del futuro de esta sección. Esperamos que os guste y que comenteis por aquí o las redes sociales que os parecen nuestras propuestas.
Marina
Rick and Morty es una serie gamberra creada por Justin Roiland y Dan Harmon para Adult Swim que inició sus pasos en 2013. En ella se mezcla el humor ácido y la ciencia ficción. Es, al mismo tiempo, una parodia de Regreso al futuro, Érase una vez la vida y otros clásicos de la infancia de los que ya no somos tan niños pero nos siguen gustando los dibujos animados. En breve: hacía tiempo que no lloraba de risa y disfrutaba taaaaanto con una serie.
Elio
¿Que pasaria si pudieramos aprender de nuestros errores pero deshacer sus consecuencias? Esta es la premisa que el desarrollador Jonathan Blow explora en Braid, un original videojuego de plataformas y lógica basado en la manipulación del tiempo que salió a la venta en 2009. «Tim ha salido a rescatar la Princesa, que ha sido raptada por un horrible y malvado monstruo. Eso pasó porque Tim cometió un error.» Con este inicio engañosamente convencional arranca la fascinante trama, que se nos va revelando poco a poco y cuyo sorprendente final sigue abierto a interpretaciones. Cada uno de los seis mundos en que está dividido el videojuego tiene una mecánica temporal distinta, que permite resolver de forma ingeniosa los impedimentos que afronta el protagonista. Además, el juego cuenta con un gran diseño y una banda sonora magnífica. Vídeo.
Antonio
Els Angels Ploren Aixi es una canción de Estúpida Erikah, un grupo catalan que comienza su andaduría en 2010. Yo he descubierto este tema ahora aunque data de 2011 y forma parte de su primer EP (el grupo cuenta con dos LP más). ¿Y por qué es mi selección para este mes? No entiendo nada de catalan pero la respues es bien sencilla: Porque «Pon popon popopo pon».
La publicación de material genuinamente nuevo por parte del dúo islandés Kiasmos (formado en 2009 y con un miembro galardonado con un BAFTA, el grupo está entregado a la música electrónica en clave minimal y experimental) es tan escasa y calculada, que cuando sucede, como fue el caso el viernes pasado con su nuevo EP Swept, uno tiene razones objetivas para celebrar. Tres temas nuevos y un remix del tema principal de la mano de Tale Of Us, profundizan en su comprensión detallista, ecléctica y sobria de lo que la música techno debe ser. Cada tema tiene un perfil propio que combina elementos de la música clásica (en este caso también abunda el piano) en una constelación de beats minuciosamente colocados y suaves briznas synth que solo puede ser calificada de preciosista. Toda una delicia.
Camilo
Rainald Goetz: «Johann Holtrop» (Suhrkamp, 2012)
En noviembre ando leyendo la novela del más reciente premio Büchner, Rainald Goetz, en la cual el advenimiento de un gran empresario sirve de pretexto para retratar la sintética, deprimente y decadente era en la que vivimos. Una prosa refrescante y poderosa, un alemán innovador y violento, un evento literario del siglo XXI.
Laura
Space Lady
Tras décadas tocando en la calle, Susan Dietrich Schneider, conocida
como Space Lady nos regaló, el pasado 7 de noviembre en Freedonia,
música galáctica acompañada de Casiotones, Sintes y Pedales. Nos os la
perdáis si buscáis versiones tan siderales como marcianas de Bowie o
Peter Schilling.
Guillermo
Este disco sublime de la desconocidísima fadista y trovadora Lula Pena, orfebrería de otro mundo, tallada en diamante, es mi descubrimiento del mes. Su voz imperfecta consigue hacer resonar los rincones más recónditos del alma.
Claudia
La metamorfosis es una obra capaz de crear todo tipo de sentimientos y sensaciones al lector. A lo largo de la obra se presentan situaciones y diferentes pensamientos que giran en torno al personaje principal y que de alguna manera nos hacen sentir una especie de empatía, a veces angustiosa. Como lectora, en numerosas ocasiones he sentido la obligación de realizar mis propias reflexiones ante los acontecimientos, y muchas veces han sido extrapolables a mi propia experiencia vital.
Mi historia en torno a este grupo, liderado por Sole Parody, es cuanto menos curiosa. Descubrí unas maquetas de ella gracias a una publicación en el blog de Señor Pollo hace unos cuantos años que no me gustaron demasiado. Su estilo era bastante extraño y para mi gusto no acababa de funcionar la fusión que proponía. Hace un año tuve la oportunidad de escucharla de nuevo en un evento TEDx en el que no esperaba su actuación. Recordé aquellas maquetas y prejuzgué una retirada temprana de la sala por mi parte. Mi error no pudo ser mayor ya que finalmente permanecí en la sala hasta que se hizo el silencio de la ultima nota de su repertorio. El pasado 2 de octubre, Le Parody presentó en Fnac de Madrid su último disco «Hondo« y nuevamente sentí una especie de vacío al finalizar la sesión.
Con el número exacto de instrumentos que caben en el interior de una maleta (sampler y ukelele), despliega un repertorio que aúna el folk, el flamenco y la música electrónica, entre otros. Este disco nos envuelve en un torbellino de sonidos orientales que se entremezcla con detalles obtenidos de los ritmos Bollywood y sitares que nos transportan a un bazar repleto de alfombras, con un cierto aroma a incienso… En el espacio.
El disco se abre con una declaración de intenciones: “Hemos Venido a Deshacerlo”. Esta rompe musicalmente con todo lo que podíamos conocer de su disco anterior y comienza introduciéndonos en un delicado trance que explota en el momento menos esperado. Continúa con “El Camino Largo”, que nos propone seguir en pie de guerra como forma óptima para vencer el dolor. Es aquí cuando el disco empieza a emitir preciosos rayos de luz con el segundo single “Hondo Agujero” que trae toda la fuerza del cosmos directa a nuestros pies, haciendo que estos no paren al ritmo de la música. Unas trompetas muy bien elegidas y un gran ritmo que nos podría recordar a “El Guincho”, del cual hablaremos en esta revista cuando finalmente se decida a presentar su nuevo disco. En el siguiente tema “Corazón Monstruoso”, Sole nos explica que la Música de Procesión y los Ritmos Bollywood tienen muchas semejanzas entre sí y que por este motivo ha decidido fusionarlos en una sola melodía. Tanto este último como “Quise ser” parecen temas destinados al entretenimiento propio y, en mi opinión, no aportan demasiada sustancia al disco ni, por consiguiente, a los conciertos. La buena noticia es que esto nos prepara para el otro sencillo “Saetas en el Aire”, otro de los grandes temas del disco (cualquiera diría que sabe elegir bien los singles).
Es entonces cuando aparece el momento cumbre del disco “Dejadla Sola” que nos sorprende justo después de un leve murmullo, esta vez con un grito pelado y desgarrador que dice: “¡Dejadla sola, que no le duele! ¿Dejadla sola, y qué si le duele?”. Seguidamente suena “El Agua es Clara” con una vuelta a la serenidad y a los sonidos más puros. Navegando en las aguas de este disco, encontramos “Ríos de Lamentos” que nos sumerge en otro trance por el ambiente y la cultura de Marruecos, lo que nos introduce el ritmo en el cuerpo poco a poco y pretende prepararnos para lo que viene después: un rompepistas con beats-disco llamado “Peligroso Criminal”. El disco se despide con “Cae Cae Cae” que, efectivamente, nos precipita hacia la eterna caída en un hondo agujero en parte agrio y en parte placentero que nos devuelve finalmente a la realidad.
Puede que Le Parody tenga la cualidad de hacernos recordar una gran cantidad de grupos y, al mismo tiempo, no asemejarse a ninguno. Pero lo que sí está claro es que ha sido capaz de encontrar y elaborar un sonido propio e inconfundible a pesar de que sus sonidos primigenios hayan sido estructurados a partir de la existencia de otros. Este nuevo LP suena mucho más maduro que el anterior, con menos altibajos y más profundidad en todos sus temas. Si bien, a título personal, echo de menos el ukelele (antes claro protagonista de sus melodías), es cierto también que para que se produjera esta evolución de sonidos, su abandono era un paso casi predecible y necesario.
Antes de finalizar, me gustaría destacar la filosofía de Sole al defender la música bajo pago libre. La artista se posiciona a favor de la piratería y nos insta a contactar con ella en caso de no tener la oportunidad de poder pagar el precio de su disco o la entrada de uno de sus conciertos. Creemos que es un gran ejemplo a seguir, por lo que desde aquí os instamos a que si queréis adquirir uno de sus discos, lo hagáis a través de la plataforma Bandcamp o en uno de sus conciertos y, por supuesto, que asistáis a estos. Así que, miembros de la industria discográfica, dejadla sola para que vuelva a sorprendernos en un futuro, que esperamos no sea muy lejano.
Imagenes cogidas de http://poprocklaredo.webcindario.com y http://www.lanuevacronica.com
No, no nos hemos vuelto locos. Lejos de todos los pitbull y demás perros , que seguramente coparan lo más alto de las listas, queremos hablar de grupos nuevos o no tan nuevos que empiezan a despuntar por esta época. Porque la cara B del verano puede ser refrescante pero además aportarnos algo más que un señor agitando las manos al aire con unos beats apoyados tan solo en una oreja.
Dicho esto, queremos presentar a Papaya, un proyecto personal de Yanara Espinoza (guitarra de Violeta Vil) quien, después de un retiro en Cantabria, comenzó a componer por necesidad. Nacida en Fuerteventura (Canarias) con familia chilena, Yanara, comenzó Papaya realmente al sumar fuerzas junto a Miguel Aguas (bajista de Jonston). Tras las primeras grabaciones se unieron Soledad (Le Parody), Jonston y Sebastián Litmanovich (Cineplexx). Por tanto hablamos de una super-banda que promete estar entre lo mejor de este año.
Papaya editó un EP «El rey de las camas» (Discos Walden) a finales de 2014 con tan solo 3 canciones con las que desató el hype. Nosotros la conocimos gracias a Paula Quintana quien ha ido haciendo una gran cobertura de sus maquetas y temas del disco desde Capitán Demo de Radio3.
Y es que Papaya es sobre todo un poderoso pop ochentero pero también son ritmos caribeños, música disco, new wave, bolero y una pizca de canallismo, todo ello envuelto por la oscura y crepuscular voz de Yanara. A nosotros nos encanta y creemos que su futuro disco, el cual saldrá muy pronto bajo el sello de Jabalina, va a estar entre uno de los mejores de 2015 con seguridad.
No soy un apasionado del jazz. Aunque en concierto lo disfruto mucho, no es uno de los estilos que suelen poblar mi mp3. Sin embargo, existen casos curiosos como el que nos ocupa, el de Karen Souza. Es una cantante que descubrí al reproducir los discos “Jazz & 60, 70, 80…” en uno de mis paseos despreocupados por Spotify. Entre todos los artista que desfilan en estos LP, la voz de Karen destaca sobremanera. Y es que la cantante argentina suena como un susurro confidente que enamora al instante por su serenidad y sensualidad.
Su música mezcla de jazz y bossa nova recuerda a los inicios del siglo XX. Escuchar su música es imaginar cómo debería sonar un bar en Nueva Orleans por aquellos años. Tanto es así que el ruido de vasos y platos, lejos de molestar, eran envueltos por la música aportando su granito de arena a la ambientación. Otros de sus temas caminan por derroteros menos ortodoxos, y tienden a la fusión del jazz con estilos como el swing, la bossa nova y el chill out.
La mítica sala Galileo Galilei de Madrid vibró con cada canción. Hubo incluso peticiones de casamiento y de más de media docena de retoños entre canción y canción. Tampoco hay que desmerecer a la banda que con limpios y poderosos solos arrancaron sonoros aplausos. Aunque lo que hace lo hace muy bien, vimos a una cantante un tanto comedida: no arriesgó en ningún momento, provocando un sentimiento de monotonía a lo largo de sus canciones que puede llegar a cansar. Su estilo cercano al “Easy Listening” puede ser bueno para iniciarse en el jazz pero posiblemente decepcione a los amantes del género. Creo que Karen Souza tiene una voz lo suficientemente personal e interesante como para dar un poco más. No obstante, sus más que notables covers son de obligatoria escucha para los amantes de las versiones originales: son una delicia.
Por desgracia la gira española acababa aquí en Madrid después de pasar por Barcelona por lo que os dejó con un par de vídeos.