por Noè Pasies Baca | Jul 30, 2016 | Música, Recomendaciones |
Este verano en Cultural Resuena os invitamos a la primera edición de un evento imaginario que tendrá lugar en ninguna parte: un festival que no se rige por las leyes del tiempo ni del espacio y que reunirá a grandes glorias y a injustos olvidados del pop y el rock en sendos escenarios (el mastodóntico Escenario Anís del Tigre y el más modesto Escenario Aceitunas Liaño). Cada semana desvelamos dos grupos de este cartel imposible y os invitamos a escuchar la lista con las canciones de su improbable concierto.
CUARTA SEMANA:
ESCENARIO ANÍS DEL TIGRE
Pink Floyd en 1979
Pink Floyd ocupa un puesto privilegiado en la historia del rock y fue una de las primeras bandas en llevar la espectacularidad a los conciertos de estadio. Sus kilométricas piezas, con una sabia mezcla de riffs de guitarra y melodías sintéticas, eran ejecutadas de forma impecable ante miles de personas en un festival de luces, fuegos artificiales y cerdos hinchables. En 1979, tras una década sin el genio inestable de Syd Barrett, la banda de Londres era una máquina mal avenida (debido a los polos opuestos de Roger Waters y David Gilmour) pero bien engrasada. En verano de ese año, Pink Floyd acababa de terminar su último gran disco, The Wall, pero todavía no habían iniciado la ambiciosa y fallida gira que lo acompañaría. Así pues, el escenario Anís del Tigre estallaría libre de muros de porexpán y dejaría espacio para los grandes temas de discos anteriores.
ESCENARIO ACEITUNAS LIAÑO
Grizzly Bear en 2016
Tanta espectacularidad pirotécnica contrasta con la intimidad, casi de bajona, de esta rareza acústica llamada Grizzly Bear. El grupo de Brooklyn sólo es conocido por estos lares por uno de sus temas, Two Weeks, que acompañaba al anuncio de una marca de automóviles hace algunos años. Una lástima, porque, si bien se trata de su canción más accesible, es muy poco representativa del estilo de la banda en general y de Daniel Rossen en particular (mención aparte merecen su disco en solitario y los que ha sacado con su otro proyecto, Department of Eagles). La música de Grizzly Bear emana una fragilidad muy adecuada para la madrugada y para un escenario pequeño como el nuestro, aunque no le teme a la experimentación ni a las melodías difíciles. Avisados estáis.
por Antonio H. Muñoz | Jul 25, 2016 | Recomendaciones |
Finalmente va llegando el veranito y toca hacer realidad todo lo que os hemos ido contando en los distintos post con refrescos. Aquí os dejamos el últimos de nuestros refresquitos de los que seguro podréis aprovechar alguno. ¿Y tu que vas a hacer este verano?
Hay cantidad de actividades típicamente asociadas al verano. Una de mis favoritas es también una de las más sencillas: salir a tomar un buen helado en buena compañía. Encima de un gofre, dentro de una crepe, en cucurucho o en tarrina…si no os decidís ¡podéis probar una opción diferente cada día! Mi combinación para éste verano: tarrina de helado de galleta Maria y cheesecake. Así que ya sabéis, aunque no podáis ir a la playa, de viaje o asistir a festivales, siempre os quedará el placer de un helado.
Aquí cabe un poco de todo. Este comentario pretende convenceros de que en verano se puede hacer casi cualquier cosa en cualquier parte. Por ejemplo, y esta es mi habitual confesión, descubrir el Madrid desértico de agosto, bajo un sol apabullante que no tiene por qué impedir un paseo extenso por la ciudad. Al mediodía, contemplar durante horas la exposición del V Centenario de El Bosco en el Museo del Prado. Luego un helado al atardecer, o una cerveza, o cualquier otra cosa, ya saben: la elección es vuestra. Añadid un concierto nocturno en les Festes Majors de Barcelona, una película en el cine de verano del pueblo, la piscina abarrotada de niños chapoteando y madres deseosas de que llegue septiembre. Todo esto cabe aquí. Y también la lectura de los artículos de Cultural Resuena, con el regusto del café mañanero.
Aprovechando el tiempo libre y que ahora han puesto el primer capítulo gratis en Steam, voy a darle la oportunidad a Life is Strange. Una obra alabada por la crítica y el público desarrollada por Dontnod Entertainment, cuyo anterior título Remember Me ya nos dejó un gran sabor de boca a los que supimos apreciarlo pese a sus fallos. No soy un gran amante de las aventuras gráficas y por eso lo he ido retrasando pero creo que este es el momento de sumergirme en esta nueva «Vida extraña» que, de seguro, tendrá una historia de las que dejan poso.
Llegan las sugerencias más difíciles. Después de hablar de música, cine y literatura, todavía debemos tener tiempo para otras actividades. ¡Luchemos contra el trabajo de temporada! ¡Deberíamos poder hacerlo todo el año!
En verdad es un quejarse por vicio. Mis (escasos) artículos en esta revista són sobre videojuegos, y son idóneos para esta sección. Tengo varios para verano. Para empezar, The Banner Saga 2. Salió el 16 de abril, tras varios retrasos. Es un videojuego especial para mí, ya que disfruté muchísimo con su primera parte y fue mi primera crítica de videojuego en Cultural Resuena. Así pues, a pesar de habérmelo pasado ya, espero jugarlo un par de veces más para explorar sus múltiples historias y poder escribir una crítica (tardía pero no valdía).
El resto del verano lo dedicaré a invertir el tiempo libre en cosas mediocres de gente mediocre. Combinar escapadas de montaña con visitas a
pelotazos ferroviarios previos a la existencia del AVE y a asisitir a las distintas fiestas mayores que amenizan el verano. ¡Ah! Y a desearles un buen verano.
Como no siempre resulta fácil elegir y porque no siempre es necesario hacerlo, aquí van unas recomendaciones eclécticas. No son, en rigor, recomendaciones, ya que yo misma las tengo pendientes. Tómese, pues, como declaración de intenciones. Así que, me veo leyendo «El ruido del tiempo, última novela de Julian Barnes (sobre Shostakóvich, por cierto), mientras escucho el disco «Caro Amor» de Aarón Zapico (cantado por Carlos Mena y Eugenia Boix, junto a Forma Antiqua) y alterno copas de vino y botellines de cerveza con mucha moderación. ¡Viva el multitasking!a.
por Javier Santana | Jul 25, 2016 | Artes plásticas, Artículos, Libros, Recomendaciones, RESONANDO |
Imagen: DreamHack LAN Party, Tofelginkgo, 2004 (CC-BY-SA 1.0)
Debemos el actual orden de poder mundial a una determinada conjunción entre cultura y espacio. La atribución de un determinado contenido cultural (tradiciones, producciones artísticas, figuras históricas, costumbres, sabiduría, idiomas, valores, etc.) a un lugar claramente delimitado (país, ciudad, región, continente, norte/sur, oriente/occidente, centro/periferia, etc.) es un gesto que se quiere inocente, pero que esconde la inauguración de una metafísica de lo local, de lo propio y lo extraño, de lo culto y de lo vulgar, de lo normal y lo exótico. Es a través de esta atribución geoespacial, de esta territorialización de la cultura, como se fundamenta la autoridad política. Durante el siglo XIX, este gesto que coloca la cultura de aquí, la cultura ubicada, como referencia política paradigmática, tuvo su más exitosa versión en el proceso histórico conocido como nacionalismo. Las consecuencias del enorme éxito que tuvo dicho proceso aún son patentes hoy, en un sistema político internacional en el que el principio de soberanía nacional sigue sin ser cuestionado (como demuestran los recientes acontecimientos de la crisis europea). No obstante, la atribución geoespacial de la cultura no empezó con el nacionalismo, pues ya desde hace siglos hablamos de la Antigüedad clásica como algo específicamente mediterráneo (Grecia, Roma, Jerusalén) de la cual el Renacimiento debía reapropiarse, o del budismo como una religión que, si bien se originó en la India, es la que conforma la tradición de China y de sus esferas de influencia geográfica, etc. (más…)
por Noè Pasies Baca | Jul 22, 2016 | Música, Recomendaciones |
Este verano en Cultural Resuena os invitamos a la primera edición de un evento imaginario que tendrá lugar en ninguna parte: un festival que no se rige por las leyes del tiempo ni del espacio y que reunirá a grandes glorias y a injustos olvidados del pop y el rock en sendos escenarios (el mastodóntico Escenario Anís del Tigre y el más modesto Escenario Aceitunas Liaño). Cada semana desvelamos dos grupos de este cartel imposible y os invitamos a escuchar la lista con las canciones de su improbable concierto.
TERCERA SEMANA:
ESCENARIO ANÍS DEL TIGRE
The Cure en 1989
Para muchos, los años ochenta fueron un agujero negro a nivel musical y capilar, mientras que otros veneran la década con una devoción exagerada. A pesar de esto, The Cure siempre ha encontrado cierto consenso entre partidarios y detractores de aquellos años de hombreras. En 1989, la banda del chanante Robert Smith publicaba su octavo álbum, Disintegration, y alcanzaba el zénit de su fama con una imposible mezcla de punk, pop meloso y rock gótico. Su concierto, lógicamente, incluiría las pistas más famosas de ese disco, pero también sus otros éxitos anteriores, como la canción que les lanzó a la fama, Boys Don’t Cry, la romanticona Just Like Heaven o la extrañamente caribeña Close to Me.
ESCENARIO ACEITUNAS LIAÑO
Little Joy en 2008
El brasileño Rodrigo Amarante es un nombre inexplicablemente desconocido en el panorama musical internacional. Algunos lo conocerán por ser el autor de la canción que abre cada capítulo de la serie Narcos; otros por ser colaborador habitual de Devendra Banhart y miembro de la oscura banda Los Hermanos. En 2008, Amarante se unió al batería de los Strokes, Fabrizio Moretti, y a la cantante Binki Shapiro para embarcarse en una breve aventura musical. Ese año, Little Joy sacaron su único álbum, veraniego, acústico y orgullosamente retro. El tándem de voces de Amarante y Shapiro llenaría el pequeño escenario Aceitunas Liaño envuelto en esponjosas melodías de guitarra y el buen hacer de Moretti a la batería.
por Laura Benítez Valero | Jul 21, 2016 | Artículos, Literatura, Recomendaciones |
Con motivo de la conmemoración del inicio de la Guerra Civil española, hoy recuperamos una historia silenciada que conocimos en la pasada edición del Gutter Fest, de la mano de Sergi Bernal.
Esta es la historia de un maestro, Antoni Benaiges, que en 1934 dejó su localidad natal, Montroig del Camp, para irse a Bañuelos de Bureba (Burgos), a trabajar en la escuela del pueblo. Antoni Benaiges llegó a su nuevo destino con una voluntad: aplicar la técnica freinet en una escuela del medio rural, en una población pequeña donde gran parte de los habitantes eran analfabetos.
La técnica Freinet tiene la particularidad de aplicar la imprenta al proceso educativo, haciendo a los alumnos partícipes del mismo. A través del uso de la imprenta, esta metodología buscaba, tantos en sus inicios como en la actualidad, que el proceso de aprendizaje fuera un proceso experimental. Quienes aplican esta técnica buscan generar unos procesos de aprendizaje basados en la investigación, el trabajo en equipo, el ensayo-error, el aprendizaje cooperativo que toma como punto de partida los intereses de los propios alumnos y la producción de pequeños artefactos que todos los implicados en el proceso entiendan como algo que puedo servir al desarrollo del mismo.
Antoni Benaiges llegó a Bañuelos de Bureba revolucionando su escuela, y por extensión a sus pequeños habitantes. Los alumnos y el maestro empezaron a fabricar unas publicaciones en formato de revista en las que plasmaban sus inquietudes e intereses y que, a su vez, intercambiaban con otras escuelas Freinet, generando así una suerte de red de intercambio de conocimientos e inquietudes. Revistas en las que los niños tomaban la palabra y la utilizaban como medio de expresión.
Uno de esos cuadernos, El Mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca, recoge las inquietudes surgidas cuando el maestro prometió a sus alumnos que en verano de ese mismo año, 1936, los llevaría a ver el mar. Los niños de Bañuelos de Bureba nunca habían conocido el mar por lo que decidieron dejar plasmadas sus expectativas y anhelos en pequeños textos, unos textos que también expresaban la importancia del compromiso, del poner el cuerpo, de cómo se puede saber de algo sin haberlo visto previamente:
Y la fantasía de unos niños que suben y bajan la loma, la ingrata loma, disparose hacia la Lejanía [sic] para hundirse en la vastitud [sic] líquida, misteriosa, sublime…También ellos, los niños saben del mar sin haberlo visto nunca.
El mar, prólogo, Antoni Benaiges
El mar será muy hondo. Sera de hondo como dos veces la veleta de la torre. Y tendrá dos metros de largura.
Baldomero Sáez
El Mar recoge todas las incertidumbres de quienes no lo habían visto, de quienes componían sus intuiciones y las plasmaban a través de la imprenta, de quienes no estaban obligados a reproducir conocimientos certeros para poder expresarse.
El mar será… pero nunca fue para los niños de Bañuelos de Bureba.
En julio de 1936 Antoni Benaiges fue represaliado y asesinado por el fascismo, dejando sin cumplir su particular promesa. Asesinaron al maestro e intentaron asesinar su recuerdo. El recuerdo de alguien que dio algo muy peligroso a los niños: el poder de la palabra, el poder de expresarse, de experimentar, de generar prácticas cooperativas.
Antoni Benaiges es el maestro que prometió el mar, pero sobretodo, fue uno de tantos maestros represaliados, asesinados y silenciados por promover y ayudar al desarrollo del pensamiento crítico. Su historia es una de tantas, demasiadas, que el fascismo intentó silenciar con tierra. Pero hay cosas que ni siquiera la tierra puede silenciar.
El maestro que prometió el mar es la urgencia de recuperar una memoria silenciada, es la urgencia de expresar el libre pensamiento que muchos pagaron con la vida, es la urgencia de seguir desarrollando herramientas críticas en un contexto en el que Radio Televisión Española con motivo del aniversario del golpe proyecta una película de propaganda fascista. Es la urgencia de seguir abriendo las heridas que guardaban unas soturas infectadas. Como decía Sergi Bernal el pasado 18 de julio con motivo del golpe “El golpista, el obispo y la Guardia Civil, en los mausoleos. Los nuestros: el educador, el maestro, el amigo, en la fosa”.
Para más información sobre Antoni Benaiges:
http://desenterrant.blogspot.com.es/
Si queréis comprar el libro que recoge todo el proceso:
http://www.blume.net/catalogo/1017–desenterrant-el-silenci-antoni-benaiges-el-mestre-que-va-prometre-el-mar-9788498016956.html
por Cultural Resuena | Jul 20, 2016 | Música, Recomendaciones |
Verano: playa, leer/ver series hasta las tantas, cervecita en el chiringuito, ventilador USB al lado del portátil… ¡y festivales! Este año hemos elegido (por emplazamiento, bandas y ambiente) el Santander Music Festival, a las orillas del mar Cantábrico, no tan masificado como otros festivales y -algo que nos encanta- emergente. Seguid leyendo para descubrir sus claves:
BUNNBURY: No necesita presentación. Líder de Heroes del Silencio con siete discos en solitario y otros tantos colaborativos con Nacho Vegas o Bushido. En la redacción hay a quien le gusta más su época de Héroes pero lo que está claro es que es y será un referente en la historia del rock en español.
HINDS: Las, anteriormente llamadas Deers, son uno de los últimos fenómenos mundiales gestado en Madrid. Estas cuatro chicas que llevan tocando desde 2014 han sacado el primer disco completo de 12 temas en enero de este mismo año. Su sonido bebe del garage-pop/rock y el surf de grupos como The Vaccines o Ty Segall. Nos sorprendieron a todos con sus voces asíncronas y composiciones musicales sencillas pero efectistas. Habrá que ver si son capaces en un futuro de evolucionar su sonido y mantener la burbuja en la que nos tienen sumergidos.
SECOND: No hemos podido aún conocer la propuesta de directo que nos traen tras la publicación de se séptimo disco, «Viaje iniciático», un trabajo que sigue la línea de sus dos anteriores pero con buenos temas como «Lo único».
PAPAYA: Ya adelantamos en esta revista que este grupo capitaneado por Yanara firmaría uno de los grandes discos del 2015 y así lo han reconocido distintas publicaciones. El rey de las camas fue nuestra canción del verano pasado y su disco está repleto de «papayeo» (como a ellos les gusta decir) que, para entendernos, vendría a ser buen rollo y mucho ritmo bailable. ¡Perfecto para el verano!
ZAHARA: Pese a que algunos la conocemos como «la sin sangre», para su último disco parece haber descubierto la glucosa y retrocedido 30 años en su sonido. Esta nueva Zahara nos convence mucho más y resulta mucho más efectiva para un festival que antaño. Esperemos que su directo esté a la altura de la fiesta que promete en su primer videoclip.
IZAL: El fenómeno nacional de los últimos tiempos. Aunque podemos entender porqué su exito ha despegado más rápido que un cohete de la NASA, en redacción no somos especialmente fans. Salvo contadas ocasiones, ritmos que no nos dejan poso y letras algo insulsas para nuestro gusto. Esperemos que su directo puedan hacernos cambiar de opinión.
LEON BENAVENTE: Uno de los nuevos referentes de fiabilidad en el panorama nacional con temas que se convierten en himnos instantáneos. Su rock con retales de los 80 forman un sonido contundente, oscuro y pegadizo con letras ácidas y lengua filada a la hora de hablar de la situación nacional.
BELIZE: Los jovencísimos Belize, con su primer disco homónimo, nos enamoraron con «Egos», un temazo que podría haber pertenecido a una banda con mucha solera. Su directo promete mucho, sobre todo con su bailable «Ritmos de la ciudad» y la originalidad de la percusión de sus temas. Uno de las bandas más prometedoras, sin duda.
NOVEDADES CARMINHA: Los llamados por algunos «los nuevos Siniestro Total», aunque con un aire que nos recuerda también a Pony Bravo, como en «Dame veneno». No nos importan las comparaciones: Novedades Carminha nos parece una de las bandas más divertidas del cartel.
LOVE OF LESBIAN: ¡Cómo no! Elmundotoday hablaba el otro día de que harían un festival #SinLoveOfLesbian. Somos fans de Cuentos chinos para niños del Japón, 1999 y Maniobras de escapismo. La noche eterna nos hizo sospechar que demasiadas canciones estaban hechas cortadas por el molde de lo que gusta en los festivales (¡¡»Radio Hiimalaya»!!), aunque otras seguían sonando muy al LOL que nos gustaba, como «Nadie por las calles». El cometa Halley, de marzo de 2016, aún no ha despertado nuestra antigua pasión. A ver si lo consigue en directo. Si no: LOL, los jovencitos os están adelantando por la derecha…
FUEL FANDANGO: Sí, pero sin remixes raros. La voz de Cristina Manjón (NIta) tiene fuerza suficiente para escucharla tal cual, sin un fondo que más que cooperar, molesta. Es el caso de su hit, «Trece Lunas». o «Corazón», de su nuevo disco Autora. Al igual que decíamos de algunas canciones de LOL, este tipo de remixes parecen hechos para la lógica de los festivales y not erminan de encajar con lo que es lo original del sonido de Fuel Fandango, más macarra («Little Pain») o uniendo estilos que parecen irrecoinciliables entre sí sin que sea una cutrada (voz aflamencada con techno).
MIAMI HORROR: ellos nos llevan a la bola de cristalitos y a las fiestas de instituto que nunca hemos vivido pero que hemos visto miles de veces en las series americanas. Tienen el sabor de la melancolía y la alegría al mismo tiempo. Nos gustan sus temas, pero tenemos dudas de si sonarán un tanto repetitivo. Eso sí, estaremos en la campa de la Magdalena dándolo todo. Su música es como unos zapatos mágicos que obligasen a bailar sin parar.
YALL: Sí, son los autores del «tinininini» que hemos escuchado sin saber quién era el autor. El temazo se llama «Hundred miles». Estamos expectantes con su directo, que es todo un montaje audiovisual. Es un grupo que no pide ser sólo escuchado, sino también visto (y también incluido en el selfie para las redes sociales). Nos romperemos con el baile que proponen en su videoclip. ¿Te animas a venir a bailar con nosotros?