Proseguimos con el repaso de novedades discográficas para este 2015 con tres aportaciones de compositores contemporáneos catalanes de distintas generaciones y con tendencias compositivas muy diferentes que acercan a mundos expresivos, técnicos y estéticos.
Codera Puzo: un nuevo referente contemporáneo
El repertorio contemporáneo también ha incorporado un referente discográfico de interés como es Multiplicidad del compositor catalán Luís Codera Puzo (Barcelona 1981). Galardonado hace un año con el prestigioso premio internacional de la fundación Ernst von Siemens, Codera presenta cinco obras muy recientes la audición de las cuales conviene hacer por separado y con reincidencia. No es una música sencilla ni fácilmente asimilable. Son obras escritas para conjuntos heterogéneos de cámara. Más allá de la obviedad de los efectos tímbricos y la variedad de sonidos (armónicos, aflautados y de electroacústica) o las formas y puntos de ataque, su componente simbólico llevará a algunos a hablar de un expresionismo extremo y de la integración del ruido como elemento musical. La línea, por tanto, es heredera de la tendencia más radical del siglo XX y converge con la acusmática en composiciones como π (2014), la más importante y realizada con sintetizador. Por cierto, su duración es de 11’21’’ y no 7’39’’ como indica el inlay. Destacan Kaolinite (2012) en tres movimientos con el uso de “pizzicato”, juego de los armónicos y un cierto esencialismo; y Aproximación a lo indivisible (2013) que va desde el murmullo al recitado con juegos de silencios y pequeños estallidos que, en el caso de la voz solista, obliga a numerosos cambios de impostación, de registro y de emisión con sonidos guturales. La edición a cargo del sello austríaco Col Legno (ref.: 40412. 47 minutos) es cualitativa y cuenta con notas de carpeta del propio compositor escritas en alemán e inglés.
Vivancos: In montibus sanctis
La Escolanía de Montserrat también ha editado un disco, In montibus sanctis (ref.: DAM 5023. 64 minutos), dedicado al Pare Ireneu Segarra, que muestra el alto nivel conseguido por la formación bajo la dirección de Bernat Vivancos en los últimos siete años. Las obras recogidas combinan arreglos del repertorio litúrgico (los Ave Maria de Schubert y Bach/Gounod) con composiciones de Vivancos (Barcelona 1973) destinados a la Basílica: Fundamentus eius, Salve Regina, Welcome o la Salve Montserratina con un despliegue de recursos que transportan al oyente hacia una epifanía con campanas, quinteto de metales, clústers y giros espectralistas en la armonía.
El refinadísimo trato de las texturas, las dinámicas y la organicidad con que el compositor varia y despliega los motivos y frases melódicas consiguen una sensación de profundidad espacial -calculados retrasos en las entradas de las voces-, de intimismo y una teatralidad bien lograda. Los ejemplos más evidentes son Santa Nit y el canon cuádruple en la sección central de Es ist ein Ros entsprunger. La buena labor de BCN Metall Quintet y Mercè Sanchis en el órgano, la afinación de las voces en el conjunto y en los solos, así como la resonancia de la captación sonora generan una delicuescencia de atmósferas vaporosas, onirismo, paz y belleza. Mucha belleza. Además, el libreto contiene unas excelentes notas de carpeta en tres idiomas a cargo del también compositor Ramon Humet y un diseño adecuado a la austeridad de la grabación. Sin duda es un disco de un valor musical elevadísimo, de los que gusta escuchar y reescuchar.
Cervelló: la esencia de la cuerda
Jordi Cervelló (1935) es uno de los compositores catalanes actuales más admirados y este disco es una excelente muestra de su contribución y pedagogía para los instrumentos de arco. El Atrium String Quartet (ref.: 1CM0331. 64 minutos) reafirma las credenciales de un lenguaje plagado de emociones fácilmente identificables. El de Cervelló es un mundo edificado por el virtuosismo lírico y el ejercicio técnico en una estética aparentemente simple y, sobretodo, diáfana. De raíces tonales y modales servidas desde una independencia que busca una comunicación directa, sonoridades neorrománticas, expresionistas y a veces impresionistas.
Su discurso denso tiende a una introspección y tensión basada en el cromatismo e intervalos disonantes como en los Etüden nach Kreützer, de resultados más cerebrales que emotivos a partir del contraste entre movimientos, ritmos, tiempos y la elaboración de un material inspirado en la obra de Rodolphe Kreutzer (1766-1831). El equilibrio, la forma y el contrapunto también son significativos en las otras composiciones de la grabación: A Bach (2004), una reelaboración de ascendencia barroca; Dos moviments (1965) y Remembrances (acabadas en 1999), de considerable expresionismo y cierta sombra de Béla Bartók. Además se percibe una habilidad por el trato del color en una familia, la de cuerda, tímbricamente muy homogénea y que los Atrium String Quartet recrean con convicción y buena presencia sonora. Sin duda es un disco recomendable para conciliarse con una generación de compositores que aún es evitada o ignorada por buena parte del público.