Tenia ganas de hablar de un libro de Errata Naturae, una de mis editoriales favoritas por la concreción de su catalogo y por la importancia de que exista un sello que se dedique a este tipo de literatura. Me refiero a lo que a menudo se conoce como nature writing, es decir la producción textual que tiene como centro el estudio o la reflexión entorno a la naturaleza y la experiencia que tiene el individuo de esta. Una temática que más allá de tendencias mayores o menores al ruralismo marca la vida y la historia de la humanidad ya sea por proximidad o por oposición al medio y es des de este punto de vista que tiene para mi un lugar primordial para el pensamiento. El libro en cuestión es Invierno (Errata Naturae) donde Rick Bass relata un diario que se construye como una suerte de biografía de su propia vida y en concreto de su primer invierno viviendo en el valle del Yaak, Montana, en un pequeño poblado al norte de Estados Unidos rodeado de naturaleza salvaje donde viven cerca de una treintena de personas habitualmente sin ni siquiera electricidad o teléfono. Se trata de un libro de todavía 2018, la ultima lectura navideña que tenia pendiente.
En la época de internet y las redes sociales, uno va a la montaña y tiene la sensación de estarse perdiendo algo. Vivimos a menudo en esa sobre excitación permanente en la que no nos damos un momento de descanso, como si tuviéramos que verlo todo y estar en todos lados, como si se nos fuera la vida y necesitáramos retenerla. De eso habla Rick Bass cuando piensa en la mujer de ochenta años que lleva toda la vida en ese pequeño poblado de Yaak, cuantas cosas se habrá perdido. Aún así, Bass y su mujer, naturales de Texas, él escritor y ella artista plástica, deciden con tan solo veintinueve años irse a vivir a Yaak. Cuantas cosas habrá visto esa mujer que nadie más habrá visto, piensa mas tarde el escritor, no se puede estar en todos lados.
Rick Bass no duda en reconocer que su migración a Yaak es una huida de una sociedad en la que ya no se siente a gusto. Una sociedad en decadencia dominada por el engaño, el absurdo y la falta de conversaciones realmente interesantes y cita a Thoreau cuando dice que el ermitaño se aleja de unas cosas para acercarse a otras. La referencia a Thoreau no es por supuesto casual. Thoreau es el referente indiscutible de diferentes generaciones de americanos interesados por la naturaleza. Una sociedad, la americana, plagada de contrastes entre los grandes núcleos urbanos que están entre los más contaminantes y activos del planeta, donde la actividad industrial y empresarial nunca se para y los inmensos bosques salvajes, y por lo tanto aún no domesticados, donde pueden pasar meses sin tener presencia humana alguna y puede volverse incluso imposible transitarlo en cualquier tipo de vehículo. El contacto con la naturaleza puede ser mucho mas potente que en Europa, por poner un ejemplo, donde todo territorio está más regulado y es propiedad de alguien y uno no puede siquiera acampar una noche en un bosque sin pedir permiso para hacerlo.
Es en este contexto en el que siguiendo el ejemplo del pensador Thoreau o del protagonista del conocido libro (y después película) Hacia Rutas Salvajes (Into the wild, recogedor de un caso real), un cierto numero de estadounidenses dejan su vida acomodada de ciudad para empezar una nueva vida en algún bosque del extenso territorio americano, cuanto más remoto y salvaje, mejor. Los motivos pueden ser mas o menos dispares pero en el caso estadounidense suelen tener mucho que ver con la búsqueda de la propia individualidad a través de un modo de vida más pausado y conectado con las necesidades básicas y primitivas del ser humano que permita un trabajo de autoconciencia de uno mismo, de sus necesidades, sus pensamientos y singularidades y también como acto de libertad de si. De un ejercicio de liberación de las coacciones sociales que limitan el desarrollo y la libertad del individuo, valores todos ellos muy americanos.
Rick Bass bebe de esta tradición y escribe de forma muy tranquila y aparentemente vacía pero que muestra entre las descripciones de sus rutinas diarias como su vida se va transformando en Yaak y las razones que lo van convenciendo de haber escogido correctamente su lugar de residencia. Argumentos que cogen fuerza si somos conscientes de que Rick Bass es hoy un hombre de sesenta años que sigue viviendo en Yaak, cuarenta años después. En su dietario habla frecuentemente de la leña, la caza y la agricultura, en un lugar extremo, con temperaturas de hasta cincuenta grados bajo cero. La propia subsistencia ocupa gran parte del tiempo de sus habitantes y les da una lección de humildad. Viven mas pendientes del clima ya que el frío, la noche, la nieve marcan de una forma mucho mas evidente cuando empieza y acaba el día que se puede hacer y que no.
Los animales también forman parte del paisaje que dibuja Bass, animales salvajes como los coyotes, los osos o los ciervos con los que conviven de una forma silenciosa, se ven de lejos, se siguen unos a otros. Los animales subsisten de una forma más salvaje, los humanos necesitan en cambio de las herramientas de la cultura para sobrevivir en esas condiciones.
En definitiva Bass nos muestra como se impone un ritmo de vida diferente en la alta montaña. Uno tiene que hacer un mayor trabajo de aceptación de las duras condiciones climáticas y darle la vuelta transformándolo en un sentimiento de agradecimiento de estar en el mundo, de recibir nieve o lluvia, de contemplar la naturaleza mas salvaje y pura. En definitiva el placer estético que supone para el humano conectarse con sus raíces mas primitivas y autenticas. Aquellas que posibilitan mas directamente su vida.
En lugares así uno acaba encontrando gentes semejantes a uno mismo ya que todos en Yaak huyen de la sociedad por unos motivos o otros y se impone un ritmo de vida y de comunicación mas pausado y libre (incluso entre Bass y su pareja se ve reflejada esta independencia.) Al no disponer de teléfono o televisión la gente espera (también la gente de la ciudad) y se impone un cierto aislamiento y un tempo mas lento favorecido por el silencio. Uno piensa mas las cosas que hace y porque las hace y a través de la atención plena, del constante aprendizaje, vivir cada día como algo nuevo, parece incluso que el tiempo pase mucho mas despacio. Para no alargarme mas de la cuenta quiero contestar a todos aquellos lectores que quizás se están preguntando a cerca de la dificultad de cambiar su modo de vida en una sociedad tan exigente como la contemporánea citando al propio Rick Bass en una de sus frases que más me resuenan: “claro que tenemos nostalgia. Si salieran baratas nuestra felicidad y nuestra libertad no merecerían la pena”. Lectura diferente, muy bien escrita y que da mucho para reflexionar.