Foto tomada de aquí

l pasado 16 de abril tuvimos la oportunidad de escuchar al Gringolts Quartet en la sala 2 del Auditori de Barcelona (véase el programa más abajo). El Gringolts Quartet es el resultado de la conjunción de cuatro músicos excelentes con una biografía artística muy rica y diversificada. Los cuatro han hecho carrera como solistas, en el ámbito de la música de cámara y dentro de la orquesta sinfónica.

A pesar de ello, y debido al rol que cada uno desempeña dentro de dicha agrupación, podemos vislumbrar en qué campo encuentran sus aptitudes más marcadas.

En el caso de Ilya Gringolts, queda patente su carrera como solista y quizá este sea uno de los motivos por los cuales dicho cuarteto lleve su nombre. Pareciera en ocasiones que es un virtuoso acompañado de un grupo de cámara. Aun así, ha sabido escoger bien a sus compañeros y el hecho de interpretar la voz de violín I no hace desagradable su interpretación destacada en relación al grupo.

En contraposición tenemos a Anahit Kurtikyan, cuya experiencia orquestal liderando sección de violines II en la Zurich Opera Orchestra, hacen de ella un componente maleable tanto en sonido, fraseo y timbre, y sorprende su capacidad de adaptabilidad y reacción inmediata a la eventualidad musical.

La violista Silvia Simionescu apasiona por su sonido dulce y con un carácter muy definido a nivel interpretativo; y parece por su comportamiento en relación al grupo, ser el componente más acostumbrado y que sabe entender a la perfección lo que es ser un músico de cámara en el sentido más amplio del término.

Por último el violoncellista Claudius Herrmann, desempeña un papel quizá algo más tímido en sonido pero correcto e  impecable en la ejecución.

¿Qué puede decirse de Jonathan Brown y Arnau Tomás? El sonido personal y rico en timbres de ambos denotan una vida consagrada a la música de cámara con uno de los mejores cuartetos del mundo. Su intervención en la última pieza hacen de la pareja de violas algo espectacular. La sección de cellos por el contrario parecía no haber pactado  una coherencia completa a nivel de balance. Aún así, la adaptabilidad de Arnau Tomás llevó a buen término el desarrollo de la pieza.

El Cuarteto en Fa Mayor de Maurice Ravel es un claro ejemplo de la formación académica del compositor en estructura y tratamiento de la temática de una manera escolástica. Pero siempre sin renunciar a unas melodías cargadas de sensibilidad.

El primer movimiento brilla por sus texturas bien conseguidas y la melodía que siempre destaca en relación a las voces internas empastadas que logran sonar como un solo instrumento. En cuanto al fraseo del violín I se agradece la capacidad de ligar sin portar, que encaja perfectamente con el estilo.

Cita el programa de concierto»l’ Scherzo, d’ inequívoca inspiració espanyola». Desde mi punto de vista no queda clara esta relación. Podría relacionarse con el palo de fandango, pero el reparto de acentos y el patrón métrico no coinciden con dicha estructura.

Limitándonos al concierto, lo más agradable de este movimiento fue la decisión de los músicos de interpretar los pizzicati sull tasto, indicación que no aparece en la partitura pero es de una inteligencia sublime a nivel de color, fraseo, timbre, dinámica y textura.

El violín I siempre se mantuvo en un primer plano, con un vibrato muy expresivo. La viola explota el color y una delicadeza muy personal y el cello siempre claro y elegante.

En general la precisión rítmica es lo fundamental de este movimiento, característica que los Gringolts logran de una forma natural.

El tercer movimiento, quizá el más narrativo de los tres, llama la atención por su creación de atmósferas y su mayor utilización del vibrato que encaja con el estilo. Especial mención a C. Herrmann que cierra este capítulo de una forma exquisita.

El cuarto movimiento es un broche perfecto en esta pieza magistral con remembranzas al primer movimiento donde la precisión rítmica, la articulación precisa, el buen uso de las texturas y los accellerandos siempre progresivos en velocidad y dinámica, dejan patente el estilo de Ravel que conforma un puzzle lleno de piezas cuya única finalidad es encajar unas con otras (recordemos su obsesión por los juguetes de engranajes).

Sobre la interpretación del Cuarteto op. 20 nº 5 de Haydn es de admirar la fantástica comunicación entre los dos violinistas del cuarteto. A pesar de que el I. Gringolts tiene un sonido incisivo y en ocasiones poco articulado (para este estilo y sólo en el registro agudo). La asombrosa maleabilidad de A. Kurtikyan jugando con las contramelodías y la perfecta proporción dinámica, convierten a esta pareja en algo sublime.

Asimismo, las pausas y respiraciones entre motivos temáticos están fantásticamente conseguidas.

Para cerrar el concierto interpretan junto a J. Brown y A. Tomàs el Souvenir de Florence op.70 de Tchaikovsky.

En general I. Gringolts continúa en su línea de voz principal con un vibrato quizá demasiado explotado y con presencia; A. Kurtikyan pendiente de todo y reaccionando ante cualquier eventualidad; la pareja de violas, aunque con su sonido diferenciado y propio, forman un equipo sólido y preciso y como ya se mencionó al principio la pareja de cellos quizá tenga una línea de bajo demasiado presente aunque impecable musicalmente interpretada por A. Tomás, mientras que C. Herrmann es preciso y con un sonido elegante aunque en ocasiones demasiado tímido.

Cabe valorar la velocidad y dinámica proporcionadas durante toda la obra. Los períodos corales muy bien logrados de empaste en el segundo movimiento. Preciosos finales de empaste y color en los finales de sección y en los intercambios de voces instrumentales. Y finalmente en el último movimiento el color étnico del comienzo interpretado por I. Gringolts, la articulación de la línea de bajo y la intervención de J. Brown.

Programa

  1. Cuarteto en Fa M- M. Ravel

– Allegro Moderato

– Assez Vif, tres rythmé

– Très Lent

– Vif et Agité

  1. Cuarteto nº 5 en Fa m op. 20

– Allegro Moderato

– Menuetto

– Adagio

– Finale. Fugue a due Soggetti

  1. Souvenir de Florence op. 70

– Allegro con Spirito

– Adagio Cantabile e con moto

– Allegreto Moderato

– Allegro con brio e Vivace

Por Helena Garreta Suárez