“Nova música para novos públicos”
El Remix Ensemble es el grupo especializado en música contemporánea residente en la Casa da Música de Porto. Bajo la dirección de Peter Rundell, es una de las varias apuestas que tiene la institución en la nueva música, y tiene una programación permanente con propuestas musicales siempre sorprendentes, como la que quiero presentar la continuación.
Nova música para novos públicos. El título del programa es más inocente de lo que en realidad quiere decir. En la realidad, debía ser “con nuevos públicos”, pues en este concierto el público pasó de ser simple espectador a ser parte activa, rompiendo el gran “cisma” entre el intérprete y el público y contrariando el paradigma del concierto público moderno. La frontera artificial se intentó difuminar de dos maneras diferentes: en la primera, haciendo al público partícipe directo de una interpretación de música erudita, y en la segunda, colaborando con grupos aficcionados, en este caso, dos coros.
El concierto estaba dividido en dos partes que se correspondían con las dos piezas. La primera parte duró aproximadamente una hora, pues aparte de la media hora que duraba la obra de Christian Mason, se necesitó otra media hora para explicar al público cómo tenía que tocar. Después de un descanso de 20 minutos, la pieza de Daniel Moreira duró otros 20.
La primera obra, In the Midst of the Sonorous Islands, de Christian Mason, destaca por la incorporación del público como participante y pieza fundamental. De hecho, no es la primera vez que el compositor utiliza al público como parte del concierto, y es fácil ver que esta técnica tiene su complejidad. Ya había explorado esta idea en su anterior pieza, Time Entwined, In Space Enlaced, utilizando la armónica. El compositor contó con un grupo de músicos entre el público, pero sin mucho ensayo, para la ejecución de algunos instrumentos (¡expresamente los participantes de Factor E!, otro de los grupos de la Casa da Música), y el resto del público no había ensayado más que la media hora de explicación previa al concierto.
Para poder hacer al público participante, aunque la pieza es compleja, como cabría esperar de un concierto del Remix Ensemble, las partes para el público eran simples y tenían entradas y salidas claras. A cada instrumento de la percusión le correspondía una “sección”. Las tres secciones del público eran las hojas de papel de aluminio, que entraban con la ‘thunder sheet’; las cadenas metálicas, con los platos; y las bolas chinas, con las campanas tubulares. Todas las secciones dejaban de tocar con el sonido del bombo. Además, algunos músicos que participaban desde la platea también formaban parte de dos secciones, la de las botellas vacías (soplando dentro de ellas) y el de las armónicas. La parte de estas últimas consistía en glissandi (que consiste en soplar rápidamente desde la nota más grave hasta la más aguda o viceversa, como si tocásemos todas las notas de un piano arrastrando el puño) y otras técnicas extendidas (no convencionales), y su calidad sonora empastaba muy bien con la música del ensemble.
En la parte del Remix, el ensemble estaba dividido en dos partes: por un lado, un grupo de 7 músicos siempre en escenario, que tocaban una especie de “continuo”, como así se entendía en el barroco, es decir, un acompañamiento base; y por otro los nueve solistas, que tocaban desde la platea con el público. Al principio de cada uno de los cuatro movimientos que formaban la obra, los músicos del grupo de solistas se acercaban un poco más al escenario, hasta entrar en él definitivamente en el cuarto movimiento. Al no haber prácticamente pausa entre los movimientos, los cambios entre uno y el otro se percibían por el cambio del material temático, por el movimiento de los músicos, y por el encaje que tenían las partes solistas entre ellas. En el primer movimiento, cada solista tocaba una parte independiente e incluso con tempi (velocidades) distintos. En el segundo, los solistas tocaban a dúo. En el tercero, los solistas se organizaron en secciones, de tres en tres (cuerdas, maderas y metales). En el cuarto, ya en el escenario, tocaban concertadamente los nueve.
Con respecto a parte musical escrita para el público, creo que el concepto y la elección de los timbres fueron más interesantes que la interpretación. Me explico: la solución adoptada fue fácil para ser viable, y los instrumentos que funcionaban como “disparadores” de las partes del público tenían cierto sentido considerándolas como resonancias de esos instrumentos. El problema estuvo en que el público no atendió las instrucciones suministradas por el director en cuestiones de dinámica. Concretamente, las hojas de papel de aluminio, que tenían que estirarse haciendo el menor ruido posible, pues la idea era que la unión de muchos pequeños ruídos creara una masa sonora significativa. El efecto sería similar a una gran masa coral murmurando muy suavemente. Sin embargo, el público creía que ese ruido no era suficiente, pues ellos escuchaban el sonido del conjunto, pero no lo de su propio instrumento. Por otro lado, ante la señal de “preparados” del director, el público cogía los instrumentos haciendo ruido, lo que destruía la intencionalidad del gesto musical, y tampoco escuchaban a tiempo la señal de parada. Aún así, creo que el mero hecho de ser una parte activa del concierto favoreció la implicación del público en la comprensión de lo que estaban oyendo.
La parte escrita para el Remix Ensemble fue interesante por su progresión. La intensidad a lo largo de la pieza iba creciendo, así como la masa sonora creada por el público. La parte de continuo tenía la función sustentante, con un pulso marcado y una insistencia obsesiva sobre la nota re, que iba modulando a otras notas y complicándose en los movimientos siguientes.
La segunda pieza fue Do desconcerto do mundo, de Daniel Moreira, para ensemble y dos coros aficcionados. En ella, aunque el público no participó, sí lo hicieron dos coros de diferentes niveles: la Coral de Letras (Coro 1), que aunque siendo amadora cuenta en sus filas con músicos profesionales, y la Orquestra Som da Rua y el Grupo Coral “Cor da Voz” (Coro 2), dos grupos que actuaban juntados y que no leen música.
De hecho, en palabras de Moreira, la intención no era ocultar las diferencias de nivel técnico de los coros, pues estas eran patentes, pero tampoco la de dar más importancia a un grupo u otro. Por ejemplo, en algunos momentos un coro cantaba la melodía principal con prominencia, con un marcado carácter modal, a modo de cantus firmus (una melodía conocida preexistente), mientras el Remix acentuaba y comentaba con toques puntillistas lo que el coro hacía, excepto el piano, que estaba concertado con uno de los coros.
En mi opinión, de las dos obras presentadas, ésta fue la que estaba mejor compuesta. El equilibrio permanentemente basculante entre las partes más tonales/modales y las partes más disonantes era muy suave, y aunque delicado, bien conservado. La distinción entre los dos coros estaba muy bien ejecutada, de tal manera que se distinguían como dos coros totalmente independientes, con sus roles bien definidos. A esto también ayudó la puesta en escena. El Coro 2, más numeroso, destacaba por su vestuario de colores, mientras que el Coro 1 tenía un aspecto más sobrio, con todo el mundo vestido de negro. Creo que la pieza fue una muy buena síntesis, o incluso sincretismo, de tres grupos con tres tradiciones musicales bien diferentes. Por eso considero que es de gran calidad, y que conecta muy bien con el público.
Para concluir, observé por parte de la dirección artística del Remix Ensemble y de la Casa da Música una voluntad sincera de acercar la nueva música al nuevo público. No creo que este concierto vaya a ser anecdótico, pues nos hicieron una encuesta, lo que denota un interés real en repetir este tipo de iniciativas. Siempre creí que la música erudita tiene problemas para conectar con los nuevos públicos, cosa que no siempre fue así. Lo que no quiere decir que esos públicos no oigan música. Mi experiencia en este concierto, incluso como “oyente educado”, fue de un mayor vínculo con lo que estaba oyendo, por así decirlo, un mayor “compromiso” en mi audición.