PD: Enamórate tía. Bailas mejor. XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla, 2024

PD: Enamórate tía. Bailas mejor. XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla, 2024

Después de un histórico Viva!! y de un Pie de Hierro convertido en manifiesto contrasexual
como podría decir Paul B. Preciado-, Manuel Liñán mostró el pasado 15 de septiembre en el
Teatro de la Maestranza y como parte de la programación de la XXIII Bienal de Flamenco de
Sevilla Muerta de amor,
un espectáculo creado en la residencia In Progress de Flamenco
Festival que dirige Miguel Marín.
Como ya ocurriera con Viva!!, Muerta de amor es una declaración coral y colectiva al amor
en toda su extensión: al abandono, la rabia, los celos, la pasión, el arrojo, lo sensual y el sexo,
la cotidianeidad y la rutina, el deseo, la autocensura afectiva y la explosión expresiva, todo un
revolcón emocional del que nadie en la Maestranza salió indemne. En esta ocasión, el
vehículo musical fue la copla desde el primer instante en el que Mara Rey abrió el
espectáculo de manera arrebatadora y desgarradora con un Esclavo de tu amor
inquebrantable. Muerta de amor continuó con una concatenación bien diferenciada de piezas
coreográficas a dúo, a solo o con el grupo de bailaores al completo. Te confieso, queridx lector·, que no llegué a ver Viva!! en vivo -nunca mejor dicho- y que por tanto me sorprendió
aún más si cabe la capacidad técnica, la amplia posibilidad expresiva y sobre todo el
despliegue vocal de un conjunto de bailaores –Albeto Sellés, Juan Tomás de la Molía, Miguel
Ángel Heredia, Ángel Capel, David Acero y Ángel Reyes
– que deslumbró al público
interpretando cuplés por bulerías, tangos, guajiras, sevillanas, cantiñas… cantando a su
propio baile no solo con solvencia sino con absoluta maestría; siempre arropados por un
conjunto musical con Juan de la María al cante, Fran Vinuesa a la guitarra -menudo
compositor es Fran Vinuesa!!-, Víctor Guadiana al violín y Javier Teruel a la percusión.
La secuencia de bailes se vio nutrida y enriquecida por nuevas apariciones de Mara Rey que
generaron una gran expectativa en el público y que sin duda reforzaron el vaivén emocional
en el que nos movió continuamente Liñán.

Archivo Fotogr‡fico La Bienal de Flamenco. Espect‡culo Muerta de amor, teatro La Maestranza, Sevilla, 15 Septiembre, 2024. Foto: @Laura Le—n


Muerta de amor es un espectáculo vivo y tremendamente elocuente que desde una posición
estéticamente confortable conmueve de manera irremediable, gracias también a la
colaboración de Ernesto Artillo en la dirección y el vestuario -quizás uno de los artistas más decisivos para el flamenco contemporáneo- y de Gloria Artillo en la escenografía. La tensión que genera cada una de las piezas que configuran este
espectáculo se resuelve de manera positiva; el público se dejó llevar por la extraordinaria
calidad de los artistas en el escenario y, como pudimos comprobar, aplaudió efusivamente
tras el remate de cada pieza y por supuesto al concluir finalmente, cuando no hubo más que
rendirse al arrebato enamorado de un Liñán encendido y profundamente emocionado.

La nueva Iglesia de lo Flamenco. XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla, 2024

La nueva Iglesia de lo Flamenco. XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla, 2024


Entrada y saludo inicial.

S: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R: Amén.
S: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo
estén con vosotros.
R: Y con tu espíritu.


Acto penitencial.
S: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.
R: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso
ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
S: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna.
R: Amén.
S: Señor, ten piedad.
R: Señor, ten piedad.
S: Andrés, ten piedad.
R: Andrés, ten piedad.
S: Ana, ten piedad.
R: Ana, ten piedad.
S: Antonio, ten piedad.
R: Antonio, ten piedad.
S: Ylia, ten piedad.
R: Ylia, ten piedad.
S: Daniel, ten piedad.
R: Daniel, ten piedad.


En la nueva Iglesia de lo Flamenco el deseo y la culpa, el cuerpo y la carne, lo animal, lo
visceral y las entrañas conviven y de hecho se muestran como conceptos y emociones
radicalmente crudas. Andrés Marín y Ana Morales comparten carne a bocados desde el suelo,
justo después de que Antonio Campos -matarife, cantaor y guitarrista- comience a despiezar
un animal tras afilar el cuchillo con un sonido que sobrecoge -!qué importante es lo sonoro en
el flamenco contemporáneo!-.


En un remix tan inquietante como atractivo, sarcástico y seductor, este Matarife/Paraíso
presentado en la XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla nos conduce por entre las grietas de
sentido que nos produce ver todo un Cremaster -a lo Matthew Barney– jondo. Poco importa si
transitamos por soleá o seguiriya, si canta Antonio Campos o si es la voz del propio Andrés
Marín desde el suelo, en un escorzo boca arriba, la que canta las letras de Laurent Berger, de
Campos o de él mismo. Estamos frente a una confesión posthumana en la que Ana Morales,
transfigurada en Medusa, en Virgen semanasantera, en rockera trasnochada o en nazarena
futurista danza hacia, contra, para y por Andrés Marín, también mudado en danzante carnívoro, Cristo Cautivo, Silvio crucificado -magnífica y francamente divertida la interpretación del Rezaré enamorado- o penitente que vuelve al útero materno en el que se convierte toda iglesia católica.

Archivo Fotogr‡fico La Bienal de Flamenco. Espect‡culo Matarife, teatro Central, Sevilla, 14 Septiembre, 2024. Foto: @Laura Le—n


La violencia expresa de algunos pasajes -que recuerdan poderosamente a un Rodrigo García
o a una Angélica Lidell a lo flamenco- convive y retroalimenta a esas otras escenas en las que
símbolos de la peculiar fe sevillana se ven fina y también sarcásticamente alterados. Las
cornetas de Manuel Jesús López y Francisco Javier Pérez apelan a un imaginario musical
hondamente conocido por el público de un Teatro Central repleto.
Resulta hartamente difícil describir la potencia de las imágenes que construyen Marín y
Morales (AN/AM) a lo largo de Matarife/Paraíso en conjunción con el diseño de iluminación
de Carlos Marqueríe, el sonido de Pedro León y sobre todo con el espacio sonoro de Ylia, la
escenografía y atrezo de Pepe Barea, el vestuario de Roberto Martínez y los atavíos de José
Miguel Pereñíguez
pero lo que sí es francamente sencillo recomendar que no se la pierdan.
Sin duda, esta propuesta ilustra de manera emblemática un flamenco contemporáneo que se
busca de manera incesante y persistente, que nos incomoda porque nos interpela de forma
incluso agresiva pero que se convierte en una de las pocas formas de crear hoy.

Khôra: la urgencia de lo sonoro en Granada

Khôra: la urgencia de lo sonoro en Granada

Desde que hace ya más de una década la que hoy es la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales cancelara las Jornadas de Música Contemporánea que cada año traía al Teatro Alhambra de Granada algunas de las propuestas sonoras más audaces de la composición académica, resulta francamente difícil encontrar ocasiones en las que saciar un oído tan sediento por lo experimental como el de un servidor. Más allá del pequeño gran ciclo anual del Centro José Guerrero y las apuestas puntuales aunque extraordinarias que realiza el Área de Música de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada, lo contemporáneo -entendido como todo aquello que arriesga, reta, inquieta e incomoda a una audiencia fundamentalmente conservadora- se ha convertido en un mirlo blanco entre los bosques de la Alhambra.

Es por ello que la puesta en escena del ciclo Khôra. Ciclo para cuarteto de saxofones y acordeón microtonal (2013-2019) de José María Sánchez-Verdú (Algeciras, 1968) –en el marco de su residencia en el 73 Festival Internacional de Música y Danza de Granada– supusiera el pasado martes 9 de julio una experiencia francamente conmovedora, por varias razones.

En primer lugar, porque como muy bien recuerda Joan Gómez Alemany al inicio de su reseña de la reciente grabación del ciclo realizada por Kairos, Sánchez-Verdú permite saborear en Khôra su capacidad para nutrir y amasar el tiempo a través de las nueve piezas que conforman este ciclo compuesto a lo largo de 7 años; tiempo que sin duda no pasa de manera inadvertida para un lenguaje tan consolidado y ya plenamente reconocible como el suyo.

En segundo lugar, porque este ciclo es consecuencia de la complicidad, el compromiso y la militancia que Andrés Gomis, Ángel Soria, Alberto Chaves y Josetxo Silguero -Sigma Project– e Iñaki Alberdi muestran no solo con el encargo e interpretación de piezas de creación, sino también y sobre todo con sus procesos de acompañamiento: Khôra –estrenado en el XI Ciclo de Música Actual de Badajoz en 2020- está pensado y sentido con ellos, compuesto para sus enormes capacidades musicales y teniendo en cuenta su facilidad para encuerpar y situar un planteamiento sonoro tan sutil y complejo como el que siempre exige Sánchez-Verdú. Un ejemplo paradigmático es su interpretación parcial en la clausura de la exposición Brzmienia-Sounds-Sonoridades de Eduardo Chillida, celebrada al amor de Inés Ruiz Artola, comisaria y activista cultural malagueña afincada en Varsovia, en el marco de la capitalidad cultural de Wroclaw en 2016.

En tercer lugar, y en forma de muda reivindicación en un entorno institucional sordo a lo musical contemporáneo –salvo las excepciones ya comentadas-, Khôra nos hizo recuperar ese placer por lo inesperado, esa sensación de extrañeza y fascinación a un mismo tiempo que a casi nadie atrae hoy, cuando la mayor parte de la audiencia y los programadores institucionales prefieren lo conocido, lo confortable, la apuesta segura.

Khôra, entendido como lugar, espaciamiento o emplazamiento hace alusión en Derrida –así lo afirma el propio Sánchez-Verdú- a esa “cosa” que no es nada de aquello a lo cual sin embargo parece dar lugar sin dar jamás nada. El planteamiento sonoro crea un espacio escénico ilusorio, una escultura sonora polimórfica y móvil, un lugar repleto de reflejos, slaps, gestos vocales y guturales, distorsiones, un “algo que se convierte permanentemente en otra cosa” –Ramón Andrés dixit-, un juego de sombras, diálogos, alientos, líneas y cuerpos musicales que se desplazan, una suerte de pieza de conversación sonora –con Juan Muñoz en la mente-. Son múltiples los detalles que podría comentarles en torno al lenguaje sonoro desplegado en composiciones como Khora. Sin embargo, solo me qeuda sugerirles algo: la próxima vez que vean escritas las palabras Sigma Project, Iñaki Alberdi o José María Sánchez-Verdú en algún cartel o programa de concierto, acudan.

En serio.

Acudan.

#Fotografías de prensa proporcionadas por el Festival.

Es la monstrua que os baila. Festival de Granada

Es la monstrua que os baila. Festival de Granada

En diciembre de 2019, Paul B. Preciado abrió una grieta en la Escuela Freudiana parisina cuando se presentó ante ella para enfrentarse a lo que él denomina la “nueva alianza necropolítica del patriarcado-colonial y las nuevas tecnologías farmacopornográficas”. Preciado se mostró de manera radical ante una comunidad psicoanalítica que lo tachaba de disfórico, que lo observaba como a un monstruo que era necesario calmar y adormecer puesto que no coincidía con lo que dicha comunidad entendía que debía ser lo normativo.

R         O         C         Í           O                                 M        O         L         I          N         A

es una monstrua.

Es una pregunta incómoda y un temblor de hombros.

Es una prodigio, algo que excede; es cosa extraordinaria.

Es la “sensualidad que nace de un cuerpo libre” -Carlos Marquerie dixit-.

Es la danza que nace de los ovarios, de la sangre y de la condición-de-ser-mujer.

Es ante-cuerpo, ante-brazos y ante-aliento. Es interpelación con una caricia puntiaguda a Los Hombres Buenos cuyos ojos saltan de sus cráneos -con Linda Stupart en la mente-.

Es un cuerpo estremecido, exultante pero también quieto, mínimo, microcelular.

Es materia lunática y torso agitado.

Es Anne Teresa De Keersmaeker, Marlene Monteiro Freitas, Claudia Castellucci y Soledad Córdoba bailando juntas un garrotín experimental.

Es ella sola.

El pasado jueves 27 de junio, en el marco del 73 Festival Internacional de Música y Danza de Granada, tuvimos la magnífica oportunidad de ver y sentir bailar a Rocío Molina en Caída del cielo, un espectáculo inmenso en el que cohabitan la improvisación del impulso colectivo con una profunda, lenta y personal reflexión acerca de la múltiple diversidad que implica ser mujer hoy.

Acompañada por Óscar Lago (guit.), Kiko Peña (voz, b. eléct., compás), José Ángel Carmona (voz, compás, perc.), Pablo Martín Jones (perc. eléctr.) y una “incomprensible luz de luna oscura”, Rocío Molina desplegó un permanente diálogo consigo misma, con sus músicos y con el público, desde un eterno y -todavía hoy- perturbador silencio inicial hasta la fiesta de flores de mil colores que la llevó al mismísimo patio de butacas.

Efectivamente, Rocío bailó su nacimiento a ser mujer -vestida de blanco, pura e inmaculada-, su hallazgo de lo placentero, lo sensual y de su censurada apetencia sexual -transfigurada en implacable torera con paquete artificial- y, hacia el final de toda una experiencia catártica de casi dos horas, danzó sobre el suelo, arrastrando la propia sangre de sus ovarios, para después saltar y correr eufórica con el flamenco rock electrónico de su cuadro musical. 

Lo flamenco transitó entre el código convencional y la práctica de lo sonoro experimental, lo que constituye una raíz tan robusta como ignorada; tanto como lo es la condición de género en una práctica artística esencialmente impura, naturalmente fluida y jondamente queer.   

© Festival de Granada | Fermín Rodríguez

© Festival de Granada | Fermín Rodríguez

#Fotografías de prensa por Fermín Rodríguez.

Poéticas de la no-relación. Festival de Granada

Poéticas de la no-relación. Festival de Granada

En su extensa e imprescindible creación poética y ensayística, el pensador caribeño y decolonial Édouard Glissant estableció una sólida teoría acerca de la relación, entendida como ese abismo al que uno salta cuando se ofrece de manera sincera y confiada al conocimiento y la experiencia compartidas, es decir, justo en ese momento en el que aceptamos que “toda identidad se despliega en una relación con el Otro”. Precisamente ahí, en el instante de relación abierta al Otro radica cualquier posibilidad de comunicación y por tanto de creación y escucha.

El pasado día 18 de junio se celebró en el sobrio y magnífico Patio de los Inocentes del Hospital Real de Granada un extraordinario concierto bajo el título “Manuel de Falla, entre la influencia y la creación”, como parte de la extensa e intensa programación del 73 Festival Internacional de Música y Danza. Dicho concierto estaba protagonizado por Miguel Colom (vl.), Fernando Arias (vc.), Álvaro Octavio (fl.), Ángel Luis Sánchez (ob.) y Vicente Alberola (cl.), bajo la dirección de Benjamin Alard, sentado también al clave. Junto a ellos se anunciaba en el programa la participación del bailaor Israel Galván, Premio Nacional de Danza hace ya casi veinte años.

Teniendo en cuenta las querencias de un servidor -que tienen en lo flamenco y lo contemporáneo dos de sus atracciones más irrefrenables- pueden imaginar la expectativa con la que nos sentamos a escuchar la posibilidad de una relación todavía inaudita; esa que podía establecer un cuerpo experimentador y profundamente improvisador como el de Galván con la sutileza contrapuntística de Johann Sebastian Bach, Juan Vásquez y Tomás Luis de Victoria, con la audacia compositiva de Manuel de Falla y muy especialmente con la ingeniosa y siempre sugestiva finura tímbrica del diálogo sonoro que propone José María Sánchez-Verdú, compositor residente del Festival, reconocido tan pronto como en 2003 con el Premio Nacional de Música y flamante nuevo miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Sin embargo, dicha relación no se dió. O sí, pero de manera exigua y aforística, teniendo en cuenta el peso específico -en duración y significación estética- de las dos obras que protagonizaban la noche: el estreno absoluto Las ínsulas extrañas de Sánchez-Verdú -con el que se reforzaba una personalidad compositiva ya plenamente reconocible- y el Concierto para clavicémbalo, flauta, oboe, clarinete, violín y violonchelo (1923-1926) de Manuel de Falla.

Galván, que conoce y ha bailado músicas de Colon Nancarrow, Igor Stravinsky y el propio Falla, por citar solo algunos ejemplos y gracias entre otras cosas a su trabajo con Pedro G. Romero, se relacionó sólo con las composiciones más alejadas de sí, aquellas pensadas hace más de dos siglos, que también fueron las más breves. Su cuerpo buscó un delicado susurro de brazos con el Affettuoso del Concierto de Brandenburgo nº 5de Bach y un tenso y sonoro temblor de pies con la contención musical de la Sonata K. 87 de Scarlatti. Las piezas de Vásquez y Tomás Luis de Victoria fueron anécdotas musicales en un contexto compositivo como el que planteaba el programa de la noche. A modo de propina deliberada, y quizás para satisfacer a un público que no reparó en la ausencia de relación que describimos aquí y que quizás considerara al bailaor incluso una molestia para apreciar audacias estrictamente compositivas, Galván bailó, sentado delante del clave, las Sevillanas del siglo XVIII recuperadas por Federico García Lorca.

No hubo relación con el lenguaje tímbrico y místico en Las ínsulas extrañas de Sánchez-Verdú y tampoco se dio con la exultante pulsión rítmica y armónica del Concierto de Falla. La valentía artística de una propuesta como la que anunciaba el programa se quedó solo en tentativa.

¡Ay lo que nos perdimos! ¡Qué magnífica relación hubiera podido acontecer! ¡Qué identidad generosamente diluida en lo Otro!

Ocurrió que durante estas dos piezas Galván se quedó sentado en un rincón del escenario, detrás del clave -como pueden ver en la imagen-.

Y yo no dejo de preguntarme ¿por qué?

© Festival de Granada | Fermín Rodríguez

#Fotografías de prensa por Fermín Rodríguez.

INSONORA 2024: entrevista a Carlos Bravo (Verbose)

INSONORA 2024: entrevista a Carlos Bravo (Verbose)

El pasado 10 de marzo de 2024, en el marco de la treceava edición de la Muestra Internacional de Arte Sonoro, Música Experimental y Arte Interactivo In-Sonora, tuvimos la oportunidad de asomarnos al fascinante mundo de la creación sonora experimental de mano de Carlos BravoVerbose-.

El acogedor espacio de Replika Teatro fue el lugar donde nos sumergimos en la experiencia audiovisual propuesta por el artista madrileño. Un ambiente intrincado de texturas sintetizadas, ruido, ritmos electrónicos y pasajes oníricos, que junto con el diseño de iluminación nos introdujeron en el universo particular del artista.

Una agradable conversación virtual postconcierto, nos descubre la pasión y el pensamiento innovador que subyacen a sus performances, así como la importancia de la comunidad y el apoyo institucional en su labor creativa. Acompáñanos en este viaje a través de las reflexiones y experiencias de un creador que desafía las convenciones y nos sumerge en un universo audiovisual único.

– ¿Cuál es el significado de la palabra “Verbose”? ¿Tiene algo que ver con lenguaje de programación?

Verbose tiene un doble sentido: en primer lugar, su acepción en Inglés definida como exceso de palabras, muchas veces redundantes o faltas de significado. En segundo lugar y como muy acertadamente indicas, Verbose en programación es un estado en el cuál un sistema operativo muestra detalles adicionales de las operaciones que está realizando.

En mi opinión, estos dos significados son antagónicos, ya que el primero es humano y muchas veces usado malintencionadamente para engañar o desviar la atención; el segundo es artificial, en el que una máquina nos está mostrando sus procesos internos de forma transparente.

-En tu bio podemos leer que has estudiado física ¿Cuándo nace el interés por la creación sonora? ¿Antes, después, durante? (En la performance se pueden escuchar ecos de una tradición tonal que nos invitan a pensar que ha habido algún tipo de práctica musical menos experimental anteriormente)

El interés por la creación sonora (composición) es relativamente reciente, pero desde que tengo 5 años he estado ligado a la música en otra faceta, que es la de intérprete. Toco la guitarra y el piano desde muy pequeño, he pasado por pequeñas bandas de sub-géneros del metal y mis influencias han sido siempre fuertemente instrumentales, también experimentales.

No negaré que he pasado muchos años con la venda delante de los ojos renegando (aunque no muy fervientemente) de la electrónica por pura ignorancia, hasta que me topé de lleno con la electrónica centrada en el diseño sonoro enfocado en la progresión tímbrica (eso, ambient!). Investigando por esta línea descubrí un mundo mucho mayor de lo que me esperaba, y en el que al principio extrañamente me sentí como en casa. Precisamente mis estudios en física me allanaron el camino en mi iniciación a la creación de música electrónica. Síntesis analógica y digital, instrumentos abiertos (modulares) y otros procesos me ayudaron a descubrir el sonido desde su fundamento de una forma práctica, la teórica ya la conocía gracias a mis estudios.

El directo, Cýra, es un mix de motivos más y menos experimentales. A pesar de mi primer interés por el ambient como género, no tardé en usar la estridencia, ruido y distorsión heredada directamente del metalcore como también el uso instrumentos acústicos más tradicionales. Algunos oídos entrenados podrán escuchar breakdowns que no extrañarían en ningún mosh pit.

La forma de integrar ese “ruidismo” sí que se puede considerar más experimental, y es objeto del estudio que hice durante mi paso por el Centro de Residencias de Matadero sobre las grabaciones de campo de origen electromagnético, usando antenas fabricadas por mí.

#Imagen obtenida de INSONORA. https://in-sonora.org/artista/verbose/

-¿Crees que podría equipararse la actividad de creación sonora / AV experimental, con la práctica de la ciencia básica (aquella que se centra en la investigación sin unos fines prácticos inmediatos)?

Totalmente. El método experimental científico no es en ningún caso diferente en la creación sonora y visual experimental. Están definiendo el mismo proceso: modificar variables conocidas dependientes e independientes del sistema y delimitar el diseño para poder controlar las variables no conocidas hasta llegar a un fin desconocido, el cual no es intrínsecamente práctico.

A la hora de concebir la obra, ¿das prioridad al plano sonoro?, ¿al visual?, ¿se concibe todo en unidad o hay un elemento que vertebre la propuesta?

Para Cýra tuve muy claro desde su concepción que iba a ser una perfomance sonora y visual a partes iguales. De hecho, esta fue la decisión que me hizo avanzar en la creación de una pieza escénica. Para ello tuve que definir un setup de iluminación, el cuál fabriqué a mano por dos motivos: presupuesto y especificaciones. Los productos comerciales eran excesivamente caros para algo auto producido, y ninguno se adaptaba a lo que buscaba, en este caso barras LED de dos metros. Durante parte de la performance controlo la parte visual directamente en lugar de la sonora, esta flexibilidad del sistema hace que sea muy divertido para mí en escena, otro objetivo que tenía muy claro: el balance ideal entre riesgo y diversión.

-¿Algún referente literario, cinematográfico, musical, científico… que consideres importante para tu desarrollo como creador?

Mi desarrollo como creador ha sido mayormente influenciado por numerosas personas prácticamente anónimas. Sobre todo, aunque no de forma exclusiva, en internet por quienes comparten sus experiencias y conocimientos de forma completamente altruista (Open Source, etc.). Existen varias comunidades en las que se juntan creadores de todo el mundo afines a la creación de software y hardware con fines artísticos, disciplina en la cual participo. No es tanto las creaciones artísticas en sí como las herramientas más experimentales y arriesgadas (obras de arte en su propio derecho) las que me han inspirado como creado

De la misma forma y dentro de mis limitaciones, intento aportar mis conocimientos y vivencias a la comunidad física y virtual.

-La ciencia ficción parece en muchas ocasiones adelantarse a la realidad. En uno de sus relatos de terror, el escritor estadounidense H.P.Lovecraf crea una artilugio que nos permite percibir la “materia oscura”… ¿Tiene la sonificación de los campos electromagnéticos, algo de búsqueda de una sensibilidad expandida?

Sin duda. La principal motivación a realizar el estudio sobre la sonificación de campos electromagnéticos fue la curiosidad de explorar un fenómeno que no podemos percibir con nuestros sentidos.

“¿Cómo suena un agujero negro supermasivo? […] De este modo, para poder hacer el sonido audible al oído humano, los investigadores han tenido que aumentar su frecuencia cuatrillones de veces.”

Los procesos de sonificación son muy interesantes, pero la mayoría de las veces de lo medido a lo sonificado ha de pasar por demasiados procesos, por lo que el resultado final es prácticamente dependiente de las decisiones tomadas por el individuo; existe una creación, lo cual esto no lo hace menos válido, pero es importante a tener en cuenta el factor humano por lo que deja de ser ciencia.

En el ejemplo superior, ¿y si los investigadores hubieran aumentado la frecuencia de las mediciones quintillones de veces?

La sonificación electromagnética es un fenómeno que se puede experimentar con muy poca influencia de la persona, solamente varía según las características de las antenas de captación, por lo que es una sonificación muy poco adulterada y accesible.

-Disfrutaste “recientemente” de un periodo de residencia artística en Matadero ¿Es importante el apoyo institucional para el desarrollo de este tipo de propuestas?

Los más beneficiados de este tipo de apoyos son los creadores que no pueden permitirse el lujo de dedicar tres meses a una actividad no remunerada, por lo que el mayor punto de diferenciación es la financiación. El apoyo institucional, el espacio y herramientas cedidas juegan un papel muy importante, pero que para muchos creadores no es suficiente sin ese apoyo económico.

El CRA es un espacio muy especial en el que convivir y crear junto a personas con diferentes disciplinas y objetivos. A pesar de que ha visto menguadas sus capacidades a lo largo de los últimos años debido a la privatización de los espacios públicos y la deprecación de los recursos humanos, han conseguido seguir apoyando a creadores y colectivos muy necesarios para el tejido cultural y social.

-¿Existe un circuito a nivel nacional para este tipo de creación sonora más experimental que permita rentabilizar propuestas de este tipo? ¿Qué dificultades te encuentras a la hora de realizar las instalaciones? ¿Están los espacios adaptados técnicamente?

Si, existe, y tengo la sensación de que cada vez hay más espacios que abrazan propuestas audiovisuales más experimentales. Hay un auge también en el sector privado. Esto responde a un interés mayor en el público a propuestas diferentes que en mi opinión viene impulsadas fuertemente por la parte visual de las obras. Todo esto lo digo sin haber hecho un estudio, por lo que lo mismo no digo nada 😉

-¿Qué importancia tienen colectivos como In-sonora a la hora de dar espacio y visibilidad a proyectos como este? ¿Qué propuesta no podemos perdernos dentro del programa de in-sonora?

In-Sonora democratiza (de verdad) el acceso a un escenario y a un público dedicado. Llevan 13, espero que sigan muchos años más y creciendo.

En pasado, las propuestas que no os teníais que haber perdido son BREATH de Javier Bustos y Oleajes Eléctricos de Ce Pams.

-En tu propuesta, el DIY, es una cuestión central ¿Por dónde recomendarías empezar a unx joven interesadx en la experimentación sonora? ¿Cuál sería el cacharro más accesible?

Es muy difícil recomendar un cacharro sin conocer el perfil de la persona y acertar. Algo que valoro mucho de mi proceso de aprendizaje es el haber encontrado las herramientas que mejor se adaptan a lo que busco, o el haber fabricado + modificado herramientas propias. No hay nadie que me pudiese haber señalado un cacharro concreto y decirme: este es para ti.

Es un proceso de experimentación personal, ensayo error, éxitos y fracasos hasta dar con los instrumentos que consiguen plasmar de la mejor manera posible tu proceso creativo. Dicho esto, conociendo un poco a la persona en seguida descartas opciones. Unos quieren instrumentos performativos, otros quieren hacer composiciones con estructuras más tradicionales… ¿De cuál eres tú?

Un cacharro que es una inversión buenísima tanto para principiantes como para profesionales es un iPad antiguo y usado. El ecosistema de instrumentos y herramientas disponibles llegan desde lo más experimental (Borderlands, WebSDR) a lo más tradicional (Digital Audio Workstation como Cubase o Garageband). Aunque la interacción con una pantalla no sea la ideal para muchos procesos, le saca mucha ventaja al ratón y teclado de un ordenador.

Además, es muy fácil integrar controles y entradas/salidas de/a instrumentos externos.

El resto de propuestas accesibles son demasiado específicas para recomendar de forma genérica, o ya no son accesibles por coste (SOMA, Ciat Lombarde, Monome Norns).

-Entendemos que Verbose es un proyecto personal. Pero hemos visto que hay una pequeña comunidad aportando en la técnica/logística… ¿Qué tan importante es la creación de una comunidad en el ámbito de la creación sonora experimental?

Como mencioné anteriormente, las aportaciones de la comunidad han hecho posible este proyecto. Realmente se me puede etiquetar de autodidacta, pero esta palabra obvia algo muy importante, el maestro. Ser autodidacta no es más que hacer tu propio temario siendo alumno de muchos maestros. La habilidad consiste en saber dónde buscar la información y tener la capacidad de aportar a la comunidad pasando así la antorcha del conocimiento a otras personas.

No puedo no mencionar a Alicia Nurho, que es fuente de constante ayuda e inspiración, con quién comparto un proyecto también audiovisual llamado AVER.

#Imagenes obtenidas de la página web oficial de INSONORA. https://in-sonora.org/