Integral de Sibelius con Vänskä y la LPO

Integral de Sibelius con Vänskä y la LPO

Jean Sibelius es un compositor apreciado y popular, cuyas sinfonías segunda y quinta y, sobretodo, su concierto para violín, son obras habituales en las temporadas sinfónicas. Sin embargo, ya he expresado en otras ocasiones mi frustración por la ausencia del resto de sus sinfonías (por no hablar de su cuarteto). Esto no sucede en Londres, donde esta temporada se podrán escuchar dos ciclos completos de sus sinfonías. El más apetitoso es el que está realizando ahora mismo la London Philharmonic Orchestra (LPO), bajo la batuta del celebrado Osmo Vänskä. Las credenciales sibelianas de Vänskä son extensas, entre ellas la grabación de la toda la obra orquestal del compositor para el sello BIS -que incluye rarezas como las primeras versiones de la Quinta y el Concierto de violín– o la exitosa integral realizada con la propia LPO en 2010. (más…)

“Todo o nada”: Sobre “Cartas de amor” en Teatros del Canal de Madrid

“Todo o nada”: Sobre “Cartas de amor” en Teatros del Canal de Madrid

 

Las cartas son, han sido y serán un método imprescindible y precioso de comunicación. Con ellas tanto se han negociado paces y declarado guerras como se han creado vínculos y roto extensas relaciones. Nos hemos escrito con familiares, con amigos, enviado christmas e incluso intentos de terrorismo. En ellas hemos mentido y dicho la verdad infinidad de veces, nos han permitido expresarnos sin límite, las hemos amado y las hemos odiado, probablemente en diferente medida. Casi todos hemos disfrutado del momento de abrir una carta y descubrir un contenido escrito a mano, delicado y lleno de imaginación, que muchas veces nos ha sorprendido y otras nos ha dejado devastados. En ellas hemos dejado nuestra vida y nuestros sentimientos descargando pasiones, alegrías y tristezas. Son un medio de comunicación muy intenso y sencillo, una comunión entre el papel y tu, en donde imprimimos, muchas veces sin darnos cuenta, infinidad de sentimientos y emociones.

“Cartas de amor”, obra teatral estrenada en el Teatro Palacio Valdés de Ávila y que ahora cuelga cartel de entradas agotadas en los madrileños Teatros del Canal, fue originalmente escrita, ahora ya hace más de treinta años, por A. R. Gurney. Narra la historia de una pareja que durante más de medio siglo se intercambia cartas, que poco a poco va leyendo ante el público y en donde se van desvelando sus amores, triunfos, fracasos y desamores.

Es sobre este texto sobre el que trabaja el director de la obra David Serrano, junto los veteranísimos actores Miguel Rellán y Julia Gutiérrez Caba, para construir un singular camino sobre la vida de dos amigos que crecen juntos y que, mediante cartas, nos transmiten las dificultades de vivir. En palabras del propio Miguel Rellán, “(…) la dificultad de estos dos personajes para llevar la vida que quieren, por convenciones sociales, por miedo o por el azar, el caso es que ellos pretenden una cosa y la vida les lleva por otro sitio (…).” (Miguel Rellán, 2016)

Mediante estas cartas, donde la mayoría de las veces dejamos escritas muchas más emociones de las que nos parece, la obra nos conduce por la vida de Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III. Los personajes nos cuentan, desde su niñez, como algo mezclado entre la amistad, el cariño y el amor deja paso a algo más. El autor adereza esta mezcla con la distancia y el tiempo, condiciones indispensables entre aquellos que usan las cartas. Y es esta distancia, como inevitablemente siempre ocurre, la que acarrea unos pros y unos contras.

La puesta en escena, cargada de una sencillez deslumbrante que se funde perfectamente con la historia y las magnificas interpretaciones de Miguel y Julia. Con diseño de iluminación y espacio de Ion Aníbal y Mónica Boromello respectivamente, la obra es conducida mediante un bosque de bombillas incandescentes que, muy sutilmente, se van apagando poco a poco hasta finalmente quedar solamente dos, ellos dos, percibiéndose nada más que la vida de dos personas, brillantemente narrada, que desgarrada por un amor totalmente no consumado, llega inevitablemente a su fin. La alegoría de las bombillas, cargadas de una inmensa sencillez, es brillante y , resalta todavía más la actuación de los dos consagrados actores. David Serrano presenta a su reparto como dos mitos de la escena española, con los que ha sido un placer trabajar, porque, “ha sido el proceso de trabajo más tranquilo y relajado que he tenido en mi vida, porque te lo ponen muy fácil y hay que dirigirles tan poco que para un director es casi como tener vacaciones.» (David Serrano, 2016)

Cabe destacar la excelente elección de casting, ya que, aun sabiendo la edad de cada actor, su historia resulta verosímil hasta el punto de plantearse la idea de si, en la vida real, algo así pueda haber ocurrido. Y es que Miguel y Julia, aun siendo ambos veteranos actores de la escena teatral española (y no solo la teatral), nunca habían trabajado antes juntos. Es Rellán quién destaca que trabajar junto a la actriz madrileña es todo un lujo, presumiendo de ello ante sus amigos: «Estoy ensayando con doña Julia Gutiérrez Caba; quién me iba a decir a mí que un día iba a salir mano a mano con ella».

Y mano a mano salen, y nos dejan boquiabiertos a todos. Por su naturalidad en escena, por su frescura aun en su madurez, por sus brillantes actuaciones, por la pasión impresa en cada carta, en cada frase. Porqué si el contenido es bueno, no hacen falta artificios estrafalarios para rematar una ya de por si buena novela, que nos sumerge en una vida que nos emociona, nos divierte y nos entristece. Una vida, excelentemente orquestada mediante cartas, con las cuales, muchas veces, se dice todo y nada.

“Cartas de amor” cierra Teatros del Canal este domingo día 23 de octubre con el cartel de ‘entradas agotadas’. No obstante, su andadura sigue en diferentes teatros nacionales.

Bibliografía:

(Miguel Rellán, 2016)
http://www.lavanguardia.com/vida/20160824/404174469690/julia–gutierrez–
Caba – estreno – en – Aviles – cartas – de – amor – en conjunto – a – miguel -rellan.html

(David Serrano, 2016)
http://www.lavanguardia.com/vida/20160824/404174469690/julia–gutierrez–
Caba – estreno – en – Aviles – cartas – de – amor – en conjunto – a – miguel – rellan.html

 

 

Jordi Savall lleva sus tempestades a L’Auditori de Barcelona

Jordi Savall lleva sus tempestades a L’Auditori de Barcelona

La Sala 1 Pau Casals de L’Auditori acogió el pasado 18 de octubre dentro de su programación Música Antiga un concierto de la orquesta Le Concert des Nations, formada por instrumentos de época y dirigida por el maestro Jordi Savall, con Manfredo Kraemer como concertino y Pierre Hamon como solista. En esta ocasión nos presentaron piezas del siglo XVII y XVIII que se caracterizan por una naturaleza descriptiva y simbólica evocando temporales marítimos, truenos y seres de la antigua mitología del mundo acuático.

El concierto se abrió con Music for The Tempest de Locke, adaptación de una semiópera de Shadwell en la que percusiones y vientos aportan matices de tormenta y truenos. Los movimientos se distinguen por los ritmos diferentes que conllevan una gavota, un minueto o una giga pero a la vez Locke logra plasmar los diferentes latidos de la naturaleza introduciendo por primera vez en su música indicaciones de dinámica y trémolos, concluyendo esta obra con un brillante canon.

Al compositor inglés le siguió Vivaldi, con el Concerto La tempesta di mare, momento en que Pierre Hamon, a la flauta dulce se convirtió en el centro de la obra, situándose Savall como espectador durante la interpretación. En esta pieza para flauta sola y cuerdas, se pudieron apreciar los fortes y pianos tan característicos del compositor veneciano que en este caso pintaron un cielo vivo y cambiante a gran velocidad en los movimientos rápidos. La dulzura de la flauta en el segundo movimiento se contraponía con la tormenta del presto, en la que las notas fluían jocosas por la tormenta.

La tercera tormenta representada fue la de Les Éléments de Jean-Féry Rebel, sorprendente pieza con disonancias que no se suelen encontrar en la música de la época. En ella, los cuatro elementos de la naturaleza se hicieron presentes musicalmente, siendo el primer movimiento una evocación del caos inicial, en el que notas se mezclan igual que los elementos creando un sonido único, con trémolos y melodías que bien podrían formar parte de una obra mucho más actual. A medida que se desarrolla la obra, los elementos se manifiestan, cada uno con su carácter propio: enérgico, majestuoso, vivo, poderoso e indómito.

La segunda parte eclosionó con Alcione: Airs pour les Matelots et les Tritons, de Marin Marais. Se trata de una tragedia en música dónde la tormenta adquiere el protagonismo en las melodías y ritmos de las danzas que componen esta obra. En este caso, los truenos evocados por la orquesta nos transportaron a un temporal con cierto carácter festivo, dónde no fue difícil imaginar a criaturas marinas danzando bajo el agua.

La penúltima obra del concierto nos presentó a Telemann con Wassermusik, Hamburger Ebb’ und Flut, donde los misterios de las mitologías del mundo acuático fueron evocados, de nuevo en forma de danzas. Obra creada en motivo del centenario del almirantazgo de Hamburgo en 1723, sugería los diferentes caracteres de las criaturas; una Tetis dormida y luego festiva, un Neptuno dramático o unas Náiades traviesas y misteriosas. De nuevo la marea de la tormenta tenía su papel importante, que concluyó con los marineros celebrando el sorprendente final de un viaje, con una gran sensibilidad transmitida al público en forma de alegría y bellas notas.

El último temporal del concierto fue Orages et Tonnerres de Rameau. En su interpretación se pudo apreciar la grandeza de los truenos y relámpagos junto al céfiro soplando apacible, dando paso a una contradanza que culminó la obra con un soplo de fiesta después de las inclemencias del cielo. Este final cerró un conciertazo lleno de disonancias y contrastes con gusto a sal de mar.

Si ya el público tenía la sensación de haber asistido a un evento redondo, incluso los bises sorprendieron a más de uno. De ellos destacamos la Bourrée d’Avignonez, danza anónima que según contó Savall, se cree que fue interpretada por primera vez en la Corte de Francia para celebrar el nacimiento del rey Luis XIII. Las percusiones y guitarra barroca que comenzaron con un ritmo tan alegre no parecían provenir del lejano siglo XVII. Poco a poco se iban añadiendo a esta fiesta final un violoncello, el contrabajo, un par de violines, hasta que un tutti desbordante de calidez, júbilo y fuerza, hizo de este final una delicia para los asistentes. Y es que Savall es especialista en transmitir esta energía especial; algo etéreo se desprende de la música que pasa por sus manos. Le Concert des Nations creó un todo que trascendió lo musical, quizás por la comunión entre las nacionalidades o naciones de este conjunto o bien por esta gran sensibilidad hacia la música antigua. Ciertamente, el pasado martes pudimos apreciar a Savall en estado puro.

ULTRASHOW de Miguel Noguera, no apto para los fans de chistes de suegras y cuñados

ULTRASHOW de Miguel Noguera, no apto para los fans de chistes de suegras y cuñados

¿Quién es Miguel Noguera y qué narices es el posthumor?

Miguel Noguera es un humorista, dibujante y escritor, nacido en Las Palmas de Gran Canaria que creció en Mallorca y estudió Bellas Artes en la UB de Barcelona. Algunos de sus libros son: “Hervir un oso”, “Ultraviolencia”, “Ser madre hoy”, “La vieja tigresa o el erotismo en la senectud”; estos últimos publicados con la editorial independiente barcelonesa Blackie Books.

“Recuerdo que lo más cercano al Ultrashow que hice en la facultad fue reproducir un chiste que había grabado previamente en una grabadora. Los profesores se lo tomaron mal… no eran muy fans del humor. En el chiste decía «¡madre con sus hijos!», y se oían unos ruiditos como de animal muy pequeño y entrañable que hacía yo succionando con la boca, luego decía «¡madre viendo cómo asesinan a sus hijos» y se oía el mismo tipo de ruido pero con gran frenesí, succionando a fuertes ráfagas, como cuando terminas el Fairy, ese ruido desesperado. En fin, son anécdotas seminales, pequeños gérmenes.“

El Ultrashow es un monólogo con partes improvisadas e ilustraciones proyectadas en powerpoint.  

Cuando Noguera hizo su aparición en escena el público estalló en aplausos, hasta ahí todo normal, lo sorprendente es que cuando empezó a colocar su atril y colocar sus papeles (tomándose su tiempo, eso sí), la gente se empezó a reír, auténticas carcajadas que contagiaron al intérprete. Una vez destacado el endiosamiento de Noguera por sus seguidores, empieza el Ultrashow con un cántico improvisado que cuenta una historia absurda, una vez finalizado, lo desarrolla y explica.

Aunque trate de sostener un personaje lleno de desidia y autodesprecio, se ve que se lo pasa muy bien en escena, es muy expresivo y tiene un imaginario bestial. A veces juega a tener un trastorno de identidad disociativo y habla de sí mismo en tercera persona o se regaña a sí mismo, lo que me recuerda al recurso utilizado por Neil Hilborn con su poema “OCD”.

El espectáculo continúa con fallos de sonido y por momentos parece escucharse la música de la sala de al lado. Dejando eso aparte, Noguera desarrolla sus ideas con mucha creatividad, repeticiones y autocrítica. Personifica objetos y conceptos, por ejemplo, le pone caras a las trincheras, o se imagina que la idea de apertura del espectáculo con cántico se le apareció con forma humana con capa. Plantea conceptos originales y lleva situaciones hipotéticas al extremo, como la creación de un palacio de talco o la persona que viaja al futuro y encuentra que la palabra “hola” es arcaica y está en desuso por la RAE. También representa pasajes bíblicos y se cuestiona frases hechas.

Termina leyendo un texto en el que nos dice expresamente que “nos está robando” y que otros artistas podrían estar en su lugar, etc.

Después de esto, yo sigo sin saber qué es el posthumor, o mejor dicho, sigo sin querer aceptar esa etiqueta. Sí, es cierto que lo que hace Noguera se sale de la línea de comedia habitual, pero es que el panorama de comedia en España es bastante retrógrado en general, cualquier cosa que se salga de los chistes de suegras y cuñados se considera comedia alternativa. Hay cómicos y cómicas allí afuera con mucho talento arriesgándose a probar cosas nuevas, y son absolutamente necesarios, igual que el señor Noguera.

 

Crónicas desde el Keroxen (I)

Crónicas desde el Keroxen (I)

El festival Keroxen se ha convertido, desde hace ya algunos años, en referente de las propuestas más vanguardistas dentro de todos los géneros de la experimentación, desde las nuevas tendencias del rock hasta la electrónica. Este año vuelve a ofrecer un cartel que podría ser el de cualquier festival de cualquier capital europea, lo cual dice del inmenso trabajo que hay detrás.

Después de un viernes donde se calentaron bien los motores de los que será la edición de este año, el sábado arrancó uno de los primeros días grandes del festival. Para comenzar, Nuria Delgada nos ofreció un concierto/performance en el que por momentos recordaba a John Cage y en otros a una cantautora folk con aires artaudianos. La unión de la tuba y la percusión minimal ofrecían una actuación experimental con algunos temas («Manolo, cómeme el coño, por favor») más que memorables.

Seguidamente, Conjunto Podenco desde Gran Canaria. Con el gran Fajardo al frente, cuya carrera en solitario se va haciendo cada vez más reconocida a nivel nacional, y ya en marcha las visuales de Simone Marin que acompañarían toda la noche al resto de bandas, ofrecieron un concierto redondo que supo a poco. Entre el rock instrumental a lo The Joe K Plan y el post-hardcore a lo Dischord, fueron, tal vez, una de las mejores sorpresas de la jornada.

Tupperwear ya comenzaron a poner las máquinas a pleno rendimiento con su electrónica minimal. Justo cuando la sala casi ya estaba llena a rebosar, sus ritmos de electrónica lo-fi y su ruidismo contenido triunfaron sin ningún género de dudas.

Desde Alemania, Tau! ofrecieron un concierto más que interesante. Como si dos teutones se hubieran pasado una temporada metidos en una tribu de navajos, desplegaron una especie de folk del desierto muy original y épico, con muchos momentos de una especie de éxtasis animista bañado por unas guitarras que, por momentos, sonaban a lo mejor del noise-rock de las últimas décadas.

Para terminar la noche, Group A, procedentes de Japón pero afincadas en Berlin. Sus dos componentes se repartieron la producción de una electrónica dura que desafió los oídos de la audiencia. La fusión con un violín tratado electrónicamente le dio al concierto un aire de fusión para nada artificial. Todo al servicio de una electrónica ruidista que, por momentos, llegaba a ser hardcore.

La fiesta siguió en el Ocean Club, donde se dieron las propuestas más bailables. Después de la sesión de D. Wattsriot, Denge Denge triunfaron por todo lo alto con su cumbia electrónica. Una propuesta más que acertada y bailable para cerrar uno de los primeros fuertes del festival.